miércoles, 4 de julio de 2012

el intento de borrar el YUYANAPAK


el último n. del kincenario hildebrandt  (113)  trae dos notas, que están íntimamente relacionadas;  la primera se refiere al intento de impedir la difusión de ciertos temas: 

“NOS  QUIEREN  ASUSTAR.  comando conjunto nos acusa de divulgar  “información  clasificada”.  Nuestra respuesta”   (pp.  5-8)

la segunda nota es sobre la distorsión y degradación que ha sufrido lo que iba a ser el Museo de la Memoria y que lo desnaturaliza, se titula:  “MUSEO  DEMORADO  Y  CON  SESGO”   (pp.  12-3)

es muy claro lo que el systema pretende:  NO  TE  ENTERES  Y  NO  RECUERDES  

y tiene un equipo muy eficiente de lacayos para cumplir sus objetivos, impedir que nos informemos o distorsionar lo poco que lleguemos a saber sobre lo que está pasando  y,  por supuesto, borrar de nuestra memoria lo poco que sabemos de los crímenes ya perpetrados 

sobre esto último, lo ideal para ellos sería desaparecer todo lo que ya está impreso y, vista la imposibilidá de lograr esto, dificultar al máximo la difusión de todo ese material del que es parte muy importante  YUYANAPAK que, como informa el hildebrandt, ya no tendrá espacio en lo que ya no será el MUSEO, sino el  “LUGAR dela MEMORIA”

esa medida, que es un atentado contra nuestra memoria colectiva, desnaturaliza ese  “lugar de la memoria”

por este motivo, sabiendo que YUYANAPAK se está exhibiendo en el Museo dela nación  y  temiendo que, en algún futuro ni muy lejano ni muy impredecible, usando alguna de sus artimañas siniestras, el systema intente destruir, oculte o prohiba la exhibición de ese valioso recordatorio, fuimos a  ese Museion  (la morada de las Mousai)

no había ningún letrero que prohibiese tomar fotos, así que empezamos a tomarlas pero, en una de sus rondas, el guardián del lugar (será también “sokrátiko”) nos informó que sí estaba prohibido, así que guardamos la cámara. Estamos colocando aquí las pocas fotos que tomamos, con un breve comentario copiado o inspirado en las leyendas que las acompañan

esperamos que este art. no sea una llamada de alerta para que los guardianes “sokrátikos”  del systema cierren la muestra e impidan que el público se siga enterando de algo que es parte muy importante de nuestro pasado, de nuestra historia

la primera foto es de  Edith  Lagos de quien se dice que, a los diecinueve años, cayó abatida en un encuentro con las fuerzas del orden




lo interesante es que una joven académica francesa, Mireille Buitron que, hace unos cuatro años estaba preparando su thésis doctoral sobre ese tema, había encontrado cierta similitú entre  Edith Lagos y Jeane d’Arc,  el máximo héroe francés (así, en masculino, aunque se trató de una joven campesina, la Doncella)  que hace seis siglos también había sido legalmente condenada  (y, además, en el caso de la Virgen francesa, previamente torturada algo que, suponemos, aquí NO sucede con las personas de sexo femenino) a ser quemada viva




la segunda foto es la del entierro de Edith Lagos que, pese a la situación que se vivía en esos momentos en lo que se consideraba el foco de la subversión, ha sido el más multitudinario de que se tenga memoria  Wamanjapi 

hay muchas otras fotos muy impactantes; por ejemplo, ésta donde aparece un guardían sokrátiko (entonces no sabían que así se llamaban) que, con toda amabilidá, está pidiendo permiso para ingresar a una vivienda




o éstas otras donde los deudos asisten a un “desentierro” de lo que queda de alguno de sus seres queridos







estas fotos son una muestra mínima de cómo los S.W. trataban a la población civil cuando no había el más mínimo atisbo de relación con nada que oliese a subversión





en lo que sigue, la leyenda de la foto es concluyente; en lo que respecta a las “desapariciones”, los culpables son los ahora llamados “sokratic  watchmen”



y aquí, un poco abusivamente, me hice fotografiar junto a una foto donde aparece un grupo de deudos reclamando para, cuando menos, saber que ha sido de quienes en vida fueron las personas que más amaban

por último, una denuncia de que, en realidá, los procesos fueron una farsa total. Quizá recordando estas “teatralizaciones” judiciales, el premié habló de “teatralización”; pero eran ello los que teatralizaban



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