martes, 26 de noviembre de 2013

                                                                   πρόλογος

Prácticamente todos los intelectuales peruanos son o se declaran fans de uno de los más importantes cronistas mestizos, autor de uno de los más objetivos relatos sobre lo que fue el estado del Tawantinsuyu y sobre lo que sucedió desde la llegada de los invasores que destruyeron ese estado hasta el asesinato de TupajAmaru ordenado por el sanguinario toledo, con el agregado de la llegada de este criminal a españa y la fabulilla inventada al respecto para “limpiar” al también sanguinario felipe (Comentarios reales e Historia general del Perú, CR y HGP). 
Ese coronista, fidelísimo súbdito del rey de españa y fanático creyente de los relatos, cuentos o cuentecillos de los libros “sagrados” del christianismo empezó su vida llamándose ‘gómez suárez de figueroa’, luego se identificó como  ‘garcilaso de la vega’ o ‘ilustre capitán de su majestad garcilaso de la vega’ y, por último, habiéndose autoproclamando “inca”, terminó su vida y pasó a la posteridad como el “inca” garcilaso de la vega.
Como se verá, exceptuando una, aceptamos todas las demás cualidades, méritos o virtudes que admiradores, admiratrices o admiratroces de garcilaso encuentran en sus libros, sobre todo en CR, y que justifican la enorme admiración que sienten por el “inca” y por su obra literaria.
Lo que es inadmisible es el supuesto espíritu independentista o subversivo que algunos comentaristas (no todos) atribuyen al capitán garcilaso junior que no tiene ningún asidero en ninguno de sus escritos. Lo que hizo este digno hijo de un capitán español y sobrino de unos incas cobardes y traidores cuyas “enseñanzas” alimentaron su niñez y su temprana juventud, fue elaborar y dejar establecido el parádeigma de dominación que, en pleno siglo xxi todavía es un eficaz instrumento para mantener en este pais el espíritu de sumisión.
Antes de la aparición del parádeigma creado por garcilaso, los argumentos de los partidarios de la “legitimidad” de la invasión solo eran expresión de una gravísima y muy maligna psychopathía como la del aristotélico sepúlveda (1490-74) el más brillante “philósophos” de la “Rinascitá” ispaniola.
La influencia de los garcilasistas ilustrados es tan avasalladora que el más importante prosista castellano, el cervantes ultramarino, llegó a suponer (aunque no fuese muy en serio) la existencia de una mafia (los “poderes ocultos”) encargada de imponer el garcilasismo como el pensamiento-guía de los historiadores y, por extensión, de la fauna escriturante peruana.
Por otra parte, los críticos de la obra de garcilaso han sido pocos y sus juicios han sido acallados, ridiculizados, minimizados o ahogados por el estridor del diktat mayoritario y, así, suelen pasar casi desapercibidos. Compartimos la posición de ese puñado de disidentes y este ensayo, aparte de nuestro indokto sentido común, se origina y se fundamenta en las investigaciones de esos heterodoxos.
Para algunos estudiosos el tema “garcilaso” debería empezar por el estudio de las muy difíciles contingencias que le tocó afrontar en su vida que fueron las que moldearon su personalidad que es una de las más complexas que quepa imaginar; pero esa tarea ya ha sido emprendida por especialistas y aficionados aunque, por supuesto, el tema no está ni podía estar agotado. No estando interesados en bucear por las profundidades de las  ψυχαί  ajenas (a duras penas tenemos tempo de resbalar la mirada sobre el pellejo de la nuestra) no tocaremos ese aspecto del problema.
Reiteramos, nuestro objetivo es mostrar (o demostrar) que EL totem o, cuando menos, uno de los más importantes εἰκούς de este pais, es el creador del parádeigma, modelo, fundamento intelectual o marco teórico del systema de dominación implantado desde hace medio milenio, cuyos postulados son dogmas que se “aprenden” en la escuela y se refuerzan con la repetición incesante e incuestionada a lo largo de todas nuestras vidas.
Antes de pasar a exponer nuestros  λόγοι (planteamientos) explicamos porqué en vez de emplear ‘paradigma’ hemos preferido transliterar la vox original:                                                                             
 -τό  παράδειγμα:  a pattern or model of the thing to be executed;  a precedent, an example. The model or copy of an existing thing. (Liddell  &  Scott’s Lexicon). In castillano: tipo, modelo, ejemplo. (Florencio Sebastian Yarza Diccionario Griego-español. Barcelona, 1954).
La representación latina más adecuada de  τό παρἀδειγμα  NO es paradigma, sino exemplar. Además, ahora, el sentido principal de ‘paradigma’ es lingüístico: esquema formal al que se ajustan las palabras nominales o verbales para sus flexiones.                                                                                                                                -Paradigme: example, modéle de déclinaison, de conjugaison.                                                                                                                                                         
  -Paradigm:        tabulated inflexions of a word.
Por este motivo y por la poca sympathía que nos inspira este  δıάλεκτος  degenera-do del latín al que estamos amarrados por nuestra ignorancia de cualquier otra len-gua, en este trabajo transliteramos la vox original (y también procedemos así en al-gunos otros casos).
Por otro lado, Th.S. KUHN (The Structure of Scientific Revolutions, 1962) otorgó a ‘paradigm’ un papel clave en la historia de la ciencia y de allí, esta palabra con ese sentido enriquecido, se ha extendido a otros campos tal como se vio, por ejemplo, en enero del 2008 cuando, en varios de los principales “midia” yankis, se dijo o se escribió que el cambio de presidente, traería  “un cambio de paradigma político”.
Como era racionalmente previsible y como se vio muy pronto, no hubo ningún cambio de parádeigma y, consecuentemente, ninguna “revolución” (stricto sensu, un cambio de parádeigma implica una revolución que, simplemente, es una “gran transformación”). Sucedió lo que era muy fácil de suponer, el parádeigma del systema vigente se mantuvo y, por lo mismo, tampoco variaron ni el méthodos para llegar a los cargos más importantes del estado (la mentira) ni la forma de “gobierno”  (la traición al Pueblo).
En este corral (la mafia que detenta el poder en este país lo ha condenado al papel ya ni siquiera de colonia, sino de barnyard) del más nefasto, degenerado y abyecto imperio de la historia (y como si los hechos hubiesen sido synchronizados) ocurrió lo mismo para “sorpresa” de los ingenuos o incautos que en el 2011 esperaban el inicio de “la gran transformación”.
Pero todo lo que sucede en este país (salvo el inesperado septenato del general Velasco) desde que los invasores alienígenas, luego de cuatro décadas de fiera resistencia (J.J. VEGA, 1963) lograron finalmente destruir el Tawantinsuyu como estado (lo que no ha significado la desaparición de nuestra Pachajaway que vive y que cada vez va adquiriendo mayor vigencia) es la mise en oeuvre del libreto garcilasista.
Para cerrar este prólogos, reiteramos nuestra deuda con los trabajos de Laura LAURENCICH-MINELLI y los de los estudiosos que están analizando y ampliando sus descubrimientos. Esas investigaciones conmocionaron a la INinteligencia de la localidad que, de inmediato, cual manada de hienas desbocadas, se lanzó al ataque cuestionando duramente todos esos trabajos sin que, hasta ahora (fines del 2013) hayan podido refutarlos.
Por ello, sobre este punto, mantenemos lo que sostuvimos en la 1ª edición de este ensayo y, por lo mismo, pese a las observaciones sobre la autenticidad de los escritos de Blas Valera, rescatados por Laura LAURENCICH-MINELLI, tomamos algunas referencias de la obra de ese gran mestizo editada por la investigadora italiana y vertida al castellano en el 2009.
Por otra parte, aunque con alguna imprecisión respecto a sus fuentes, también es muy meritorio el libro de José SANTILLÁN SALAZAR que analiza y refuta los ataques lanzados contra las investigaciones de la profesora LAURENCICH-MINELLI y ofrece algunas pruebas sobre la autenticidad de los documentos que ella descubrió e hizo conocer (c. VII).
                                                               

                                                                         I

       Eliminando conceptos y voces o expresiones equívocas o engañosas

1. NO  es  ‘amérika’,  es  AbiaYala
Una de las primeras tareas que realiza cualquier grupo humano que se asienta en un lugar deshabitado es ponerle nombre al entorno que está empezando a ocupar. Cuando se trata de una horda que invade un lugar ya habitado, también se preocupa de denominar los territorios que ha invadido y todo lo que allí encuentra, imponiendo nuevos nombres o desfigurando los anteriores; esto refuerza los engranajes de dominación, dando al invasor mayor confianza para sentirse “propietario” de los espacios invadidos y de todo lo que hay en ellos.
Pero, aparte de los primeros habitantes de AbiaYala, nuestros más remotos antepasados, que llegaron aquí hace algunas décadas de miles de años y que, por lo mismo, son οἱ αὐτόχϑονες, los invasores españoles no fueron los primeros alienígenas que llegaron a este continente.
En los dos últimos milenios, varios grupos humanos llegaron a nuestras playas siglos antes que los invasores españoles; entre otros los Viking y sobre esto hay una abundantísima bibliographía (por ej., Erik WAHLGREN Los Vikingos y américa. Barcelona, 1990 o Gwyn JONES La saga del atlántico norte. Establecimiento de los Vikingos en Islandia, Groenlandia y américa. Barcelona, 1992)  
Y además de visitas que antecedieron por siglos a la invasión genocida de los españoles y que, al parecer, no se registraron, está plenamente documentado que, en 1421, varias grandes flotas salen de la China a recorrer y cartografiar el mundo (y, además, realizan la mayor propagación de plantas de la historia).
En 1423, al regreso de lo que quedaba de las flotas (buena parte de ellas se perdió al atravesar por primera vez zonas peligrosas) llevaron a Beiying mapas de todos los rincones del mundo (Gavin MENZIES  1421, the year China discovered the World, 2002, con una bibliographía de cientos de títulos).
Ora bien, desde mucho antes, China había acogido con la mayor benevolencia a muchos aventureros europeos (comerciantes o curas, recordemos al más famoso de todos ellos, Marco Polo) que, empujados por la miseria, habían llegado hasta allí y  que llevaron a europa algunos de los inventos o descubrimientos de otras culturas que encontraron en su recorrido.
MENZIES relata con detalle las peripecias de la llegada de los mapas chinos (entre ellos un planispherium y una representación del globo) a Lisboa donde, entre 1485 y 1489, bartolomé colón copia y adultera esos mapas. El mapamundi retocado servirá para conseguir que isabel financiase el viaje de cristóbal hacia “las Indias”, aun cuando él sabía perfectamente hacia donde se dirigía y cuál era la ruta a seguir. (Menzies acaba de publicar un nuevo libro: Who discovered America?)
Cuando colón llega a este continente, para continuar la farsa que había empezado en españa, y que con férrea perseverancia mantendrá hasta su muerte, se empeña en decir que había llegado a las Indias (y, en consecuencia, los habitantes que encuentra aquí son “indios”). Pero pronto los euros se percatan de que estas tierras no son las Indias y viene la cuestión de darles nombre.
Y el nombre que se impuso a este continente, a partir de 1507, es un homenaje a amerigo vespucci (mercenario italiano al servicio de españa). Una reminiscencia de que se “creyó” que eran las Indias persiste en otra denominación que se le dio, ‘Indias occidentales’ (aunque está al este y no al oeste de la India auténtica).
Por otra parte, aceptando la convención que hace que el meridiano que pasa por Greenwich corte la sphaera en dos hemisphaeria vemos que este continente ocupa la parte central del hemisphaerium occidentalis. Así pues, según la convención mencionada, que inglaterra empezó a imponer desde 1884, este continente es la única parte de este planeta totalmente occidental.
En europa irlanda y escocia, parte de inglaterra y francia y casi toda la península ibérica también son occidentales; el resto del continente es oriental y parís está mucho más al extremo oriente que tokyo.
Ora bien, hace varias décadas, en un Congreso de representantes de los Pueblos Originarios ellos, con plena conciencia de que aceptar nombres impuestos es mantener el colonialismo mental, acordaron adoptar como nombre para nuestro continente la expresión ‘AbiaYala’ que, en el idioma de la ethnia Kuna, significa ‘Tierra Floreciente’. Así pues, hay dos nombres para nuestro continente el alienígena impuesto por el invasor hace más de medio milenio y el indígena propuesto hace un medio siglo como parte del proceso de descolonización.

2. Recuperemos las toponimias y otros nombres auténticos

Y así como debemos descolonizar el nombre de nuestro continente, con mucha mayor razón debemos restaurar nuestras toponimias ancestrales (deformadas o reemplazadas por el invasor) tal como lo reclamara en 1927 L.E.Valcárcel (LEV): “Reaprendamos a escribir… las toponimias corrompidas. Kosko y no Cuzco,..., Paukartampu y no Paucartambo,...” (2013, 102-3). Pero, percatándose de que era vox clamans in deserto, vingt ans après LEV ya ha re-re-aprendido a escribir y cada vez que se refiere al Josjo, ya lo hace comme il faut. No solo esto, al copiar un pasaje de los CR cambia ‘Cozco’ por ‘Cuzco’ (1945, 263). Appendix 1
Y lo mismo debemos hacer con ciertas palabras fundamentales que también han sido distorsionadas o alteradas; empezando por el mismo nombre del idioma más difundido en el Tawantinsuyu que domingo de sto. Thomas empezó a llamar kichua desde el inicio de su GRAMMATICA: “Comiença el arte de la lengua general del Perú, llamada, Quichua” (1995, 17).
Fue domingo el que “bautizó el Runa Simi incaico con el nombre de quichua…” (González Holguín, vi). Y fue siguiendo a domingo que “dijeron quichua todos los primeros lingüistas…” (Porras 1999, 205). Y el otro idioma más difundido del Tawantinsuyu “se llamó por los jesuitas aymara, como se había llamado quichua a la lengua del Cuzco” (GH, xxxix)
‘Kichua’ y ‘Aymara’ han tenido tanto éxito que su uso se ha generalizado no solo entre legos e intelectuales, sino incluso entre linguistas que parecen empeñados en perennizar el error. Error que también avalan con su innegable autoridad los dos “kichuólogos” más importantes de este país, Alfredo Torero y Fernández de Córdova y su discípulo o exdiscípulo Rodolfo Cerrón Palomino (Torero 2005, 145; si debe ser jodido tener discípulos, más jodido debe ser tener exdiscípulos, qué méritos habrá que hacer para conquistarlos?)
Y peor es cuando el maestro, cuyos aportes para un mejor conocimiento del Runap Simin (y de otras de nuestras lenguas ancestrales) son fundamentales, pontifica: en quechua… runa-simi nunca se usó antiguamente para nombrar a ese idioma, sino, desde el establecimiento del poder español, para calificar a cualquier “lengua de indios” frente a la castilla simi “lengua de castilla”. González Holguín dice: “Lengua de los indios. Runa simi o runap simin
Previamente, Torero ya había desbarrado al sentenciar que “haque-arununca fue el nombre de la lengua… aymara.” Apoya su afirmación citando a Bertonio que “da para la expresión haque aro el signficado de “lengua de los indios”, no de “lenguaje humano” o “lenguaje del hombre”, como se pretende últimamente que se denominó a ese idioma en tiempos precolombinos.” Y esta es una pretensión absurda porque Bertonio dixit: “Lengua aymara…: Aymara aro…” (2011, 62-3)
Afirmar que RunapSimin y JakiAru NUNCA fueron los nombres de lo que los españoles llamaron luego ‘quichua’ y ‘aymara’ es atribuirse o atribuir a GH y a LB una quasi omniscientia chonológica. Qué registros o archivos consultaron domingo, diego o ludovicus? Qué viejos KipuKamayujkuna les informaron que ‘quichua’ y ‘aymara’ eran el nombre original de esas dos lenguas y que “‘JakiAru’=‘RunapSimin’=‘lengua de indios’”?
O se está sugiriendo que esos “indios” eran tan bestias que ni siquiera tenían nombre para sus idiomas? Suponer eso no es tan descabellado como parece porque nada menos que LEV niega que el Tawantinsuyu se haya llamado Tawantinsuyu:                                                                                                        Nunca tuvo un nombre… particular el imperio del Cuzco. Ni siquiera el de Tahuantinsuyu, con que se creía haber sido bautizado, como quien dice “Los Cuatro Estados Unidos”, o la “Unión de las Cuatro Regiones”. Pues bien, nunca Tahuantinsusyu significó tal cosa… (1945, 21). Bien, otro NUNCA.
En el “Prohemio”, GH diz que su Vocabvlario es obra “principalmente… de los muchos indios del Cuzco a quienes yo he repreguntado y aueriguado con ellos cada vocablo, y de ellos lo he sacado…” (8) reafirmando una declaración publicada un año antes de que había pasado un cuarto de siglo preguntando y “repreguntando a muchos Indios, grandes lenguas y enterado en la práctica y uso de todo” (xxv).
Pero el acelerado proceso de A-kulturización semisecular del lenguaje  que GH recoge, “rebaja la importancia del Vocabulario como fuente histórica para auscultar el alma del Incario sin interposiciones foráneas” (xxvi). No solo hay la intromisión de multitud de voces y expresiones que se han impuesto a los indígenas y que ya son consideradas por los invasores como “kichuas”, sino que GH, en algunos casos, más que verter locuciones nativas al castillano, las per-vierte, como cuando con-vierte “Purum runa” en “El ignorante de la ley de Dios”.
Dentro de la degeneratio o A-kulturación s. xxi, hace poco escuchamos recitar a un poeta en su idioma materno, el JakiAru; a continuación, él mismo tradujo su poema. En la última línea alababa la belleza de su musa inspiradora que era una “cholita”. Preguntado sobre cuál era la palabra que vertió al castillano como ‘cholita’; respondió que en JakiAru también había empleado ‘cholita’. Quizás algún “aymarólogo” futuro corrija a Garcilaso y sentencie que ‘cholo’ es vox “aymara”.
Saturnino CALLO TICONA indica que el nombre del idioma es ‘JAKI-ARU’: Habla o lenguaje humano, aunque también acepta ‘AYMARA’, pero aclarando su significado: “idioma de tiempos remotos”. Jaya: lejano, remoto; mara: año, era, tiempo; aru: idioma (Kamisaraki. Tacna, 2007). Por su parte, J.L. AYALA escribe Jake Aru (Lima, 1980). Lo que hemos escuchado a nuestr@s Jilata/Jullakanaka se representa mejor como lo hace CALLO TICONA: JakiAru.
Y sobre el RunapSimin, un par de acotaciones debidas a dos profundos conocedores del tema. Aunque, en el caso de Arguedas habría que aclarar que si bien es comprensible que en los cinco tomos de su narrativa (Obras completas) emplee ‘quechua’, ya no lo es tanto que a lo largo de los siete tomos de su Obra antropológica siga usando esa palabra para referirse a la lingua hominis pese a que él, como cualquier persona medianamente ilustrada, sabía que no es el nombre del idioma, tal como lo reconoce en el pasaje que sigue al que agregamos una recientísima observación de Rodrigo Montoya sobre el mismo asunto:
El nombre del idioma no es quechua sino runasimi… Para los indios el nombre quechua nombra una zona climática. Desconocen… que la lengua que hablan ha sido denominada con la palabra quechua. (2012, 7, 195)
En la lengua quechua, la palabra quechua no tiene nada que ver con la lengua o “runa simi” (lengua de los seres humanos); quiere decir región tibia, ni fría ni caliente. (LEV, 2013, X)
Ora bien, en el Vocabvlario de GH no aparece ‘qquichua’; pero sí registra  “Qquechhua. La tierra templada o de temple caliente” y “Qquechhua runa. El de tierra templada.” Y en la parte dedicada a las voces castellanas aparece: “Lengua de los indios. Runa simi, o runapsimin.” Es claro, los “indios” ya esperaban a los blancos para que éstos los llamasen ‘indios’ y a sus idiomas ‘lengua de indios’, qué tal prescientia! (Sobre la aceptación de ‘indio’ por los indígenas, s. 6.)
Y para cerrar la questio, recordemos que domingo de sto. Thomas escribe ‘WAZI’ (LEXICON, O Vocabulario de la lengua general del Perv, 1560) mientras que ahora es universal la lectio ‘WASI’. Cerrón-Palomino, que con tanto ardor defiende la ‘z’ de ‘Cozco’ iniciará una cruzada para restaurar la forma primigenia en que los españoles escribieron esa palabra?  Appendix 2

3. EL idioma español NO existe
El único idioma que hay en la península ibérica es el que se habla en Euskadi, el euskera, euskere, vasko o vaskuense. Aparte de ese idioma y como perviventia de la dominatio romana, entre francia y españa, se emplean más de dos  docenas de  δıἁλεκτοı que son degenerationes del latín que la prepotencia parisina o matritense no ha podio eliminar en una enconada lucha de siglos. 
El peso intelectual del castellano, castillano o castillasno puede medirse porque no posee una sola palabra que le sea propia, todas vienen de alguna otra lengua, sobre todo del latín de cuya descomposición es uno de los subproductos; como reconoce Hermann SCHNITZLER, el castellano está “formado de los despojos o de la corrupción del latín.” (Nuevo método para aprender el latín. Herder, 1929, 118)  
Que los castillano-parlaloros sean mayoría en españa ha hecho que ese diálektos sea el idioma oficial en ese pais; pero que el català, por ejemplo, sea hablado por menos gente que el castellà (aprox. un 20% de la población) no significa que no exista. Más aún, ni siquiera la Catalunya es linguísticamente homogénea; A. GRIERA presenta las principales variantes que existen en esa región: baleàric, català oriental, català occidental, valencià, rosellonès (Dialectología catalana. Barcelona, 1950; versión castillasna del original en català de 1921).
El afán de ignorar a los demás diálektoi españoles se manifiesta, por ejemplo, en el título de cualquier diccionario, el Latino-español de BLANQUEZ FRAILE, el Griego-español de Florencio SEBASTIAN o el Nuevo Diccionario ESPAÑOL-QUECHUA/QUECHUA-ESPAÑOL de Julio Calvo Pérez (Lima, 2009) cuyo mayor atractivo es la pulchra “presentación” de sus cinco tomos.
Calvo, pese a haber nacido en valencia y a haber escrito algún libro en algún diàlektos que, suponemos, es el valencià (Sustantiu i adjectiu) se empeña en “ignorar” la existencia de lo que podría ser su diálektos nativo y “creer” que hay un idioma español; y, lo que es peor, sigue usando ‘quechua’ como el nombre del más hablado de nuestros idiomas originarios.
Y este menosprecio o desprecio hacia los demás diálektoi con los que el castellà con-vive en españa, también está universalizado en sus colonias. Y la prepotencia del castellà sobre sus hermanos lingüísticos se acentúa con la existencia de la muy matritense “real academia de la lengua española”, que es la con-sagración “akadémica” de que en ese país solo hay UNA lengua.
Más absurda es la situación aquí donde tenemos una de las mayores riquezas lingüísticas del mundo; de cuál de las docenas de lenguas conocidas y reconocidas que se hablan en este país (Roger RAVINES y Rosalía ÁVALOS) se ocupa “la academia de LA lengua peruana”. En cuanto a los idiomas que se hablaron en AbiaYala antes de la invasión, Torero calcula que fueron más de dos mil “lenguas distintas” (2005, 16).

4. Tampoco LA ortografía
Aceptar ἡ ỏρθογραφία sería como aceptar ἡ ỏρθοδοξία. En los últimos siglos del Imperium se avivó el conflicto entre el este helenizado y el oeste latinizado; cuando esa secta herética desprendida del judaismo llamada christianismo se expandió por toda la cuenca del mediterráneo, también hubo entre sus adeptos esa rivalidad greco/latina que terminó con la escisión de la secta entre christianos griegos (u orientales) y christianos latinos (u occidentales).
Los primeros, pretendieron que ellos eran los dueños de la  opinión o creencia correcta: ἡ  ỏρθοδοξία;  los latinos respondieron autocalificándose como la iglesia “universal”: ἡ καθολικὴ ἐκκλεσία. Así pues, hay una subsecta poseedora (NO de la verdad, sino) de la “creencia correcta” y otra que alega que es “universal”.
Volvamos a ὀρϑή (rectus) qué significa? Escritura, opinión o conducta “correctas” pero, a juicio de quién o de qué? En el caso de la iglesia griega, a la que no le preocupa estar fuera de la iglesia “universal”, lo importante es poseer la “opinión” correcta; a su vez, a la “cathólica” no le importa que sus opiniones sean correctas o verdaderas, le basta con creerse universal. (Aunque la mayor parte de los cathólikos ignore el significado de esa palabra.)
En cuanto a la escritura, ella está indisolublemente ligada a una determinada lengua que, en este caso, es el castellano; y en este diálectos, la “corrección” escritural depende de lo que ordene un grupúsculo de personas reunidas en la llamada “real akademia de la lengua española” (ya señalamos que no existe ninguna lengua o idioma “español”) cuyas decisiones suelen no ser de lo más acertadas (por decirlo del modo más suave).
Pese a todo, en este ensayo, salvo contadas excepciones, nos atenemos a la “ortografía” de la “rial akadimia” porque, después de todo el tiempo malgastado en memorizar sus tontas reglas, una escritura más racional desconcertaría o incomodaría a muchos lectores. (En el Appendix 3 mostramos, o pretendemos hacerlo, no hay pior sordo que el que no quiere oir, lo absurdo dela “ortografía” ordenada por l’akadimia.)
5. Y  tampoco existe la cultura “occidental”, lo que hay, para desgracia de la humanidad, es la “cultura” europea o judeochristiana
Por la importancia de esta questio la trataremos más adelante con alguna extensión. Adelantamos que cuando los euros o los uropeizados hablan de cultura o sociedad “occidental” se refieren a esa civilización que, por su procedencia, es europea (salió de europa y se ha expandido por el planeta como el peor cáncer imaginable) por su ideología es judeochristiana o christiana y cuyas gentes, aunque no lo sean, se  consideran “blancos”.
 Pero los euros y sus satélites prefieren no mencionar ninguno de estos caracteres y se solapean bajo un falso rótulo geográfico: “occidente”; pero, como anota T. S. ELIOT: “La fuerza dominante en la creación de una cultura común entre pueblos que tienen una cultura individual distinta, es la religión.” Y agrega: “No creo que la cultura de Europa pudiera sobrevivir a la… desaparición de la fe cristiana.” (196-7)
Parece que este fino poeta (que debe más de la mitad de su Ars poetica a Ezra Pound, aunque nunca quiso reconocerlo) extrañaba las hogueras de la sanctissima inquisitio o las de los puritanos que se prolongaron, cuando menos, hasta fines del s. xvii. O quizás le fascinaba la england del bloody pork, de la bloody mary o la de la equally bloody elizabeth (Christopher HOLLIS The Monstrous Regiment, 1930). 
Toynbee,define “occidente” como “la cristiandad occidental”, esto permite ver que se escamotea el factor religioso cuando se menciona solo la supuesta ubicación de esa “christiandá”. Por qué se hace esto, será que los christianos se averguenzan de ser christianos o quizá sienten la necesidad de usar un alias?   

6. Cholo  e  indio
Garcilaso informa que CHOLO “es vocablo de las islas de Barlovento; quiere decir perro, no de los castizos, sino de los muy vellacos goçcones; y los españoles usan dél por infamia y vituperio.” (C.R. II, 279).
Cuando un virrey, como muestra de cariño a la “manuelita” de turno, la llamaba ‘perricholi’ (ya que dicen que no podía pronunciar ‘perra chola’) estaba redundando en esa expresión de amor tan profundo: perra y, además, chusca; y ella, como buena peruana, debe de haberse sentido muy orgullosa de su “choledad”.
Garcilaso emplea abundantemente ‘indio’ y lo hace para referirse a los OTROS, es decir, a los indígenas, perennizando el “error” de colón que habría “creído” que llegó a la India. Es curioso como los euros aceptaron de inmediato llamar ‘indios’ a los nativos de AbiaYala y, para nombrar a los authénticos indios, acuñaron ‘hindú’.
Así pues, continuar usando ‘indio’ significa perennizar un supuesto error de colón (una estafa en realidad) y, además, usar la denominación que solo corresponde a los nativos de la India. Pero esto no es lo principal, lo más importante es que se trata de un nombre impuesto por el invasor, al que éste, desde el inicio, le dio un sentido peyorativo y que siempre fue rechazado.
Sean concientes de esto o no, las varias docenas de ermanos indígenas o mestizos a los que he podido interrogar sobre este nombre, lo rechazan y afirman que también lo rechazan en sus ayllu, llajta o comunidades. Lo que sí ha ocurrido es que los que habitan en las ciudades suelan llamar indios a los que viven en los alrededores y que los de los alrededores llamen indios a los de zonas más alejadas.
Por supuesto que los erederos de garcilaso o los plumíferos del systema siguen (y seguirán) empleando el nombre; y no solo ellos, también gentes muy valiosas como los Reynaga, LEV, Virgilio Roel Pineda o el propio Arguedas que, aparte de otros escritos donde ha estampado esa vox, en su discurso de recepción del premio garcilaso (justamente, garcilaso) dice sentirse como un felix daemon por poder hablar “en cristiano y en indio”.
{Alcanzar la felicitas, qué maravillosa suerte o qué profunda sabiduría poder ser felix en 1968. En el s. xxi ya no semos tan felices; los diarios de la localidad del 11-9-13 informan que, según un estudio de un organismo internacional confiable, somos el país más INfeliz del continente y uno de los más INfelices del mundo. Por supuesto que las condiciones varían, nada es estático; pero la realidad descrita en Agua, en Todas las sangres o en Atujkunamanta tampoco da muchos motivos para ser feliz.}
En ese mismo año, Arguedas escribió: “Cuando un indio se refiere a un individuo de su casta o clase no lo denomina con la palabra indio, sino con el término runa (gente); si no es de su clase, lo llamará mestizo, y weraqocha si pertenece al estrato superior de los señores. Sólo un mestizo o un weraqocha dará el nombre de indio al runa.”  (2013, 7, 555-6)
El dato es relevante, por eso Arguedas lo repite en un “trozo” de su última obra  (corregido el 28-X-69): “los runas... nunca se llaman indios a sí mismos”. Ora bien, es comprensible que ‘indio’ abunde en los cinco volúmenes de la narrativa de Arguedas (Obras completas) pero ya no lo es tanto que también aparezca en los siete tomos de su Obra antropológica.
Y menos que en el “Epilogo” de su quasi testamento (corregido el 5-XI-69) J.M. vuelva a hablar de “indo-hablantes”  (Atujkunamanta. Ed. crítica a cargo de Eve-Marie FELL. Madrid, 1990, 245 y 250).
Magistral ejercicio de “coherencia”: 1. a ellos les desagrada, les shocka, detestan que les llamen indios; 2. yo los aprecio, los quiero, los amo; ergo 3. me sigo refiriendo a ellos como ‘indios’ y a sus manifestaciones kulturales como ‘de indios’.

7. Indígenas
En tanto nos comuniquemos en castellano, nuestro léxico  o vocabulario es el del castellano aunque, reiteramos, el castellano no posee ninguna palabra que haya nacido en castilla; todo el léxico “castillano” provienen de otros idiomas. Ora bien, hay varias voces para referirse a quienes vivían en AbiaYala antes de la invasión española:
Aὐτό-χθων (lt. indigena o terrigena) autóchthono; de ‘nascor’ derivan natural y nativo (también nación); de ‘origo’, oriundo, originario y ab-origen. ‘Verna’ y ‘vernaculus’ que también son synónimos de terricola o indigena se emplean muy poco. De todos estos términos preferimos ‘indígena’ porque, más que cualquiera otra, esta palabra destaca la oposición ‘indígena/alienígena’.

8. “antiguo” perú
‘Perú’ es un vocablo traído e impuesto por los invasores; gran parte del sur de AbiaYala, en la que está comprendido el territorio de lo que ahora es el Perú, era parte de la Confoederatio del Tawantinsuyu; ‘perú’ es un vocablo que no existía en ninguna de las lenguas aborígenes del Tawantinsuyu ni de AbiaYala.
Garcilaso, dedica al punto tres capítulos del primer libro de CR (iv-vi) y hace derivar esa palabra de una confusión entre el nombre propio de un natural (Berú) y la palabra que, en el idioma de ese nativo, significaba ‘río’ y niega que ‘birú’, ‘virú’ o ‘pirú’ hayan sido antecedentes de ‘perú’. 
Sin embargo, José Durand escribe: “El mismo Garcilaso en los Diálogos de amor usa siempre la forma Pirú; pero llega un momento en que... resuelve que la forma que debe ser es Perú, y empieza a usarla desde La florida, y la usa siempre, y por su influjo, a mi juicio... queda oficializada y fijada hasta hoy la forma Perú...” Y LEV asiente, “hasta el nombre mismo de Perú se lo debemos a Garcilaso.” (1955, 157 y 159).
Por su parte raúl porras, en su exhaustivo estudio sobre el tema sí admite ‘birú’ (1968, 13ss). Y, en cuanto a ‘pirú’, es palabra que todavía emplea Joan de Santa Cruz PachacutiYamquiSalcamaygua en la Relación que terminó de redactar entre 1613 y 1648 (20-1).
Por último, C.D. Valcárcel diz que del busto encontró un documento que “prueba que ya en 1514” se usaba ‘perú’ (1986, 62). Hubiese sido muy útil que CDV hubiese enlistado los libros que empleó en su investigación. Más sobre la insondable antiquitas de ‘Perú’ en el Appendix 4

9. NO  imperium,  CONFOEDERATIO
De un lado, ‘imperio’ se entiende πολλαχῶς; de otro, y esto es lo más importante, se trata de una vox europea con un contenido ajeno a nuestra realidad y a nuestra mentalidad. Sin embargo, la moyor parte de los autores califican al Tawantinsuyu de imperio y no solo istoriadores o anthropólogos como LEV, por ejemplo, sino también lingüistas como Torero: ”Imperio Incaico” (2005, 94; 2011, 96) o Cerrón-Palomino que también habla del “imperio incaico” o de ciudad, capital o metrópoli (sic) “imperial” al referirse al Josjo (143, 145, 147, 150 &c).
María Rostorowska aclara que ‘imperio’ “trae demasiadas connotaciones del viejo mundo” y, además, “no interpreta, ni corresponde a la realidad andina, sino a situaciones relativas a otros continentes.” (15 y 16) AP 5



Virgilio Roel Pineda amplia la aseveración de María Rostworowska señalando que el Tawantinsuyu no fue ni podía haber sido un imperio porque su economía fue sui generis y sus procedimientos políticos fueron moldeados por las erencias recibidas de las milenarias kulturas que lo precedieron en las que se fue perfilando una PachaJaway (Weltanschauung) que establece el papel fundamental de la PachaMama en cualquier tipo de organización.
De esto se desprende reconocer que todo ser viviente es un PachaMamap Churin lo que implica que el principio básico de la vida es lo que Blas Valera llamó “el principio de fraternidad” (cit. por Virgilio Roel, 1998, 15-7). En otra obra Roel Pineda, también apoyándose en BV, se explaya sobre este principio de la fraternidad universal que se ponía en práctica por medio de la Minka, la Mita y el Ayni (2001, VIII, en esp. 137-43).
Por último, Pablo Macera aclara que el Tawantinsuyu no fue ni un imperio ni un estado imperialista: “El imperialismo de todas las épocas se caracteriza porque 1) saca fuera lo que se produce dentro; 2) intenta que las provincias no se desarrollen.                                                                                                             Los Incas, en cambio, reinvertían y desarrollaban dentro del Tawantinsuyu” (Historia del Perú. 1er grado de ed. sec. Lima, s/f, 115).
Así pues, repetimos, el Tawantinsuyu NO fue un imperio, fue una asociación o confoederatio de varios estados o ethnias que se fueron integrando a un estado cuyo núcleo era Josjo.
                                                                  

                                                                                   II
                                                                    La  questio  racial


                                       Para 1835 sólo quedaban en Tasmania 203 aborígenes, residuo
                                       lastimoso y escaso de los millares que había y que fueron siendo
                                       acabados a tiros como bestias... La suerte de los nativos                                                                del continente no fue mucho más próspera... Los ovejeros
                                       (australianos) para quienes lo único importante era tener el  
                                       dominio exclusivo de los pastizales, les ofrecían, en aparente
                                       muestra de amistad, panes de harina envenenados con arsénico,                                                logrando así exterminar a sus congéneres negros como si
                                       fuesen ardillas... Hubo otros exterminadores de nativos, también                                                  muy ingeniosos, que envenenaron los manantiales.

(H.R. HAYS, cit. x P.J. PELTO El estudio de la antropología. México, 1967, 28-9)  
                           


 Raza, discriminación, racismo y genocidio.- Las razas en que se divide la especie homo sapiens es materia de estudio de la biología; pero cuando se habla de ‘raza’ se suscitan, automáticamente, temas como la discriminación, el racismo y el genocidio; asociación totalmente justificada como lo muestra el epígrafe precedente que informa sobre la actitud genocida de unas bandas de asesinos que saliendo de uropa invadieron territorios ajenos y que, para apoderarse de ellos, asesinaron a sus legítimos propietarios.
El asalto de europa a los otros continentes para robar sus territorios y todas las riquezas que había en ellos incluida la más importante, los seres humanos, empezó a fines del s. xv. Para Ronald WRIGHT, europa es la máxima ladrona de la historia y su botín el más kolossal, “the stolen continents”.
El primer continente ROBADO por los euros fue AbiaYala, el “nuevo mundo”; luego robarían los territorios de las ethnias originarias de australia e islas adyacentes, el “novísimo mundo”. Todos los continentes, islas o territorios robados fueron “bautizados” con derivaciones de nombres euros, ‘amérika’ (amerigo vespucci) ‘australia’ (austria) ‘filipinas’ (felipe) o “nueva” zeland.
En cuanto al África, la destrucción de sus pueblos y kulturas estaba ya bien avanzada en el s. xvi, tal como lo expone y condena  Bartolomé de las Casas (Brevísima Relación de la Destrucción de África. Salamanca-Lima, 1989. Escrito inédito hasta 1875 en que aparece como parte de la Historia de las Indias).
Pero el objetivo final de los euros fue y es apoderarse de todo el planeta; lo que ahora se llama ‘globalización’ es el intento de concluir la globocolonización cuya acta de nacimiento es la bula “inter caetera” promulgada por el papa Borja solo dos meses después del regreso de colón a europa.
En ese documento, el “santo padre” divide el globo en dos partes que re-parte entre españa y portugal que pasan a ser “co-propietarios” de todo el mundo no christiano; al año siguiente, portugal y españa reajustan los límites de los territorios que el papa les obsequió en AbiaYala.
Sin rechazar la bula, los otros países euros no la aceptaron y también empezaron a tratar de asentar a sus bandoleros en nuestro continente; pero “legalmente”, el status quo dictado por el papa se mantiene todo el s. xvi y recién es modificado en 1604 cuando la impotencia de españa la obliga a conceder a inglaterra el “derecho” a apoderarse de las zonas de AbiaYala que ella no estuviese ocupando.    
En algunos casos, para robar esos territorios ajenos (y las riquezas que encierran) la téchnika europea era (y es) el exterminio total de sus legítimos propietarios, es el modelo de colonización inglés; esos “australianos” que menciona HAYS son ingleses de ultramar. Los genocidios perpetrados por españoles contra los nativos no fueron totales, el plan era que algunos sobreviviesen para esclavizarlos; además de robarles sus riquezas, les robaron su libertad.
Por su origen, esos invasores ladrones, genocidas y esclavizadores eran (y son) euros, su ideología o credo dicen que es el christianismo y por su raza, son o se creen blancos. Sus víctimas son las ethnias o razas originarias de los  continentes que esos euros “blancos y christianos” empezaron a invadir desde fines del s. xv.   
En el caso de los descendientes de los ingleses venidos a AbiaYala escapando de la opresión, la explotación y la miseria extremas que sufrían en europa, luego de emanciparse de inglaterra y de exterminar a casi todas las ethnias del pais que están ocupando desde principios del s. xvii, encontraron que su identidad podía resumirse en la palabra ‘WASP’ (es muy revelador que se identifiquen con un insecto ponzoñoso the venomous wasp) cuyas letras son las iniciales de su color (white) su ascendencia (anglosaxon) y su religión, credo o ideología (protestant).
Sostener que son ciudadanos “auténticos” solamente los que tienen esas características es un ejemplo de ese racismo feroz y absurdo que europa implantó en todo el planeta; al resto de la población se les considera infiltrados, aceptados de mala gana mientras realicen los trabajos más duros y peor pagados aunque, idealiter, habría que expulsarlos.
La historia ha tomado otros rumbos y hoy el piadoso “wasp” tiene que aceptar que “su” white house esté invadida por gentes not very white; aunque parece que los pellejos de los actuales ocupantes de esa casa se van aclarando, quizás la enfermiza y maligna blancosquidad de esa mansión (the whiteness of Death) sea contagiosa. Curiosa, y pareciera que coordinadamente, en este barnyard de los yanquis, los cueros de los cobrizos que logran trepar hasta asentar sus traseros en el trono de pizarro, también se van blancuzqueando.
Además, y también pareciera que coordinadamente, en esta parte del mundo también se discrimina entre “authénticos e INauthénticos”. Pero aquí esta discriminación se ha establecido para, supuestamente, “favorecer” al mestizo pero, en realidad, para incitar al nativo a declararse mestizo. En efecto, el certificado de authenticidad ya no se expide a los pur-sang, sino a los mezcladitos.
Presentando un libro sobre garcilaso Basadre afirma que el historiador no debe “expedir sentencias que castiguen o absuelvan a hombres, cosas o instituciones...”; pero, inmediatamente después, señala que su discípulo (CDV) exalta “la prosapia mestiza” de garcilaso y establece esa “prosapia mestiza... como cuño de todos los peruanos auténticos...” (CDV 1986, 2 y 3).
Bien, veamos qué significa ‘prosapia’ remontándonos hasta la Pajarina (ἀρχή, fons, origo) de esa palabra que hace dos mil años Cicero ya consideraba antiqua vox: “Larga serie de antepasados, raza, tronco, familia, linaje, descendencia…” (Agustín BLANQUEZ FRAILE Diccionario Latino-español. Barcelona, 1954).
Para la wachafería limeña, la a-pergaminada y la des-pergaminada, del prosaupido marqués a los plebeyos editores de la antología Inca Garcilaso de la Vega, primer mestizo de América (Lima, 1993) Garcilaso era eso, EL o uno de los primeros mestizos e, indudablemente, el más notorio e importante de ellos. Pero resulta que tenía “prosapia mestiza”, es decir, “una larga serie de antepasados”… mestizos?
Quizás, como Laszlo, el Maestro simplemente tenía ganas de decir ‘prosapia’:



Weno, esto no es lo más importante, el papel aguanta todas las tonteras con que queramos ensuciarlo. Lo importante, lo grave, lo terrible es que el dúo Basadre-Valcárcel pontifique ex-cathedra que solamente son peruanos “authénticos” los mestizos; así pé... fuera indígenas!
Los generosos authénticos que hasta ahora han tolerado con christiana patientia a esos abusivos IN-authénticos (los indígenas) hasta cuándo seguirán soportando ese lastre que impide que este pais se modernice y llegue a ocupar su puesto en el primer mundo? Los “authénticos” echarán a los IN-authénticos de este pais que, evidentemente, es propiedad exclusiva de los authénticos?
O se contentarán con hacer la vida imposible a los IN-authénticos arrebatándoles las pocas tierras y las pocas aguas que con tanta generosidad han permitido hasta ahora que esos IN-authénticos ocupen? O, por último, los authénticos aplicarán the final solution a los IN-authénticos, tal como hicieron los alienígenas que invadieron el norte de Abia Yala asesinando millones de indígenas de cientos de ethnias?
Así pues, no se trata de meras disquisitiones, sino de facta. Es la “idea” que “justifica” los balazos contra los indígenas que reclaman sus derechos y el bombardeo de poblaciones que el estado desea desalojar para concesionarlas luego a las transnacionales.
Y lo más abyecto es el respaldo que la mayoría de los intelectuales otorga a esa “idea” y que el istoriador oficial de la república synthetiza magistralmente: “la prosapia mestiza es el cuño de los peruanos auténticos”. Mutatis mutandis, ser mestizo aquí es el equivalente a ser wasp allá; y, por lo mesmo, podrá comportarse como un authéntico wasp. Es decir, como un genocida.
Vemos que el cuentecillo del mestizaje feliz inventado por garcilaso y del que ese “inca” sería el más cabal representante fue perfeccionado por sus sucesores los intelectuales criollos y una de las per-fecciones o per-versiones más astutas ha sido desplazar al indígena por el mestizo como el peruano “authéntico” y, de ese modo, presionar al indígena para que se sienta o se declare mestizo.
La farsa no queda allí; en este país, la mafia que detenta el poder puede cambiar las reglas cuando eso le conviene a las grandes empresas de las que es sumisa servidora; por eso, para evadir tratados internacionales que obligan a respetar los derechos de los Pueblos Originarios, la presidenta en ejercicio acaba de sentenciar (oct. 2013): “Indígena con celular ya no es indígena.”
Lo que se pretende es DESindigenizar al aborigen para que el estado de esta “república”, enemigo casi bicentenario de los Pueblos, pueda promulgar las disposiciones “legales” que permitan desalojar a los antiquísimos ayllu o comunidades indígenas o campesinas de sus territorios ancestrales para entregarlos a las transnacionales mineras o petroleras.  
Y pese a que para alienígenas y alienigenistas ya no hay indígenas, prosigue la satanización del nativo y de su cultura; ese peruano INauthéntico, carga con todo lo negativo; es archaikos y retrógrado y quiere que este país deje la “luminosidad” del presente para regresar a lo que llaman el “oscurantismo” del pasado.
Es lo que denuncia y condena el más exitoso pyramid climber de la peruanidá (ese nobilísimo marqués de la más rancia prosapia que empezó como mandadero de uno de los más importantes mafiosos de los midia) que, en su Utopía arcaica, uno de los biblia de los ultra-neo-liberales, desde el título condena cualquier intento de cancelar el systema criminal que sufrimos desde hace medio milenio.

Las razas existen.-  A diferencia de la hypokresía de otros euros que siendo rabiosamente racistas lo niegan, el NSDAP que llegó al poder en Alemania en la cuarta década del siglo pasado tenía un programa abiertamente racista. Luego de algunos años vino la guerra y Alemania sufrió una derrota aplastante cuyas consecuencias todavía sufre; está ocupada desde 1945, aunque parece que los buenos sajones, como gran parte de los euros, ya se han acostumbrado a esa situación.
Quizás eso se deba a que, en el fondo, los wasps son más pasivos que otros pueblos como los vietnamitas, cubanos, nicas, venezolanos, bolivianos o ecuatorianos que a costa de rios de sangre y montañas de cadáveres han logrado recuperar algo del poder que las mafias locales (que nunca dejaron de ser lakayas del imperialismo de turno) tenían secuestrado desde hace medio milenio para poder echar de sus países a los yankis.
En nuestro pais, los asesinados también se cuentan por docenas de millones y nuestros YawarMayukuna son incontables, pero por falta de unidad, el defecto que nos persigue desde el primer desembarco de los alienígenas, aún no hemos logrado nuestra liberación.
Esperamos llegar a ver, cuando menos, el inicio de ese proceso que es largo y duro. Justamente ahora se nos vienen momentos muy graves, los yankis pretenden “legalizar” la instalación de sus bases militares en este pais; cuentan con la ayuda muy activa y rabiosamente agresiva de la mafia de turno y la colaboración del lumpen indiferente e indolente.
Volvamos al tema de las razas; la derrota de Alemania fue también la de una ideología en la que se había abusado de la palabra ‘raza’; por eso, the victors, en el nuevo diktat incluyeron el dogma de la inexistencia de las razas: No hay razas.
Por tanto, esa terrible palabra ya ni siquiera debe ser pronunciada y, en caso de hacerlo, habrá que desnaturalizarla, es lo que hace der Denker des Abendlandes cuando desatina sobre el tema:
“Raza” (Rasse) significa no solo lo racial en el sentido de
la sangre y la herencia, significa igualmente “lo que
posee casta” (rassige). Esta no se encuentra limitada a la
condición corporal sino a lo que nombran (por lo menos los
jóvenes) como “auto de casta” (rassiges Auto). “Lo que posee
casta” presenta una categoría determinada, tiene leyes
determinadas, no posee, en primer lugar, la corporalidad de la
familia y el género. Racista (rassisch) en su primer sentido,
requiere con mucho, poseer mucha casta y, antes bien, puede
no poseer raza

El traductor, intérprete, exégeta o algo así del más importante pensador euro “aclara”: “Como se puede apreciar, la “raza”, para Heidegger, derivaba de lacasta”, de la calidad, y no de la etnia de pertenencia.” (A. XOLOCOTZI y L. TAMAYO, 178). Terrible ejemplo de táctica de supervivencia.    
Pero la ciencia avanza sin tomar en cuenta los prejuicios y los investigadores siguieron estudiando la cuestión racial. La producción sobre este punto que había sido muy abundante antes de la guerra disminuyó con la derrota del pais que tuvo la franqueza de admitir su racismo, pero no se detuvo.
Por la fecha de su publicación (1944) Les races humaines de Henri-Victor VALLOIS podría parecer como algo desfasado, pero fue vertido al castellano recién en 1964 y fue reeditado en francés, por lo menos, hasta 1976. Para VALLOIS hay cuatro grandes troncos raciales (razas primitivas, negras, blancas y amarillas) y los “amerindios” somos una de las ocho subrazas amarillas.
The living races of man de C.S. COON apareció en 1965 y se vertió al castellano en 1969. Al final de su libro COON pronostica que las razas desaparecerán porque la humanidad marcha hacia la homogeneidad; claro que, como buen wasp, de modo no muy sutil, supone que eso ocurrirá luego de que todos se hayan blanqueado convenientemente (c. 11).
En cuanto a las razas de AbiaYala, COON separa a eskimales y aleutianos que considera parte de los mongoloides asiáticos de los “amerindios” que si bien tienen origen mongólico, de todos modos presentan características propias que hacen de ellos un grupo aparte. Y este grupo presenta una homogeneidad sorprendente: “Los amerindios son racialmente más uniformes que cualquier otro grupo de pueblos que habitara un área igualmente vasta. En realidad son más uniformes que muchos pueblos que ocupan un área diez veces mayor” (231).
No solamente somos una sola raza, sino que constituimos el bloque racial mejor integrado de la humanidad. Conviene recordar que ya en 1758, Linnaeus nos había catalogado como homo sapiens americanus. Y poco después (1781) Johann Friedrich Blumenbach distingue cuatro grandes troncos raciales, caucásico o blanco, mongólico o amarillo, americano o cobrizo y malayo o moreno.
En una publicación más reciente (1992) Heras y Martínez descarta del grupo racial “amerindio” a los eskimos, que por haber llegado hace poco a este continente todavía son parte del grupo mongoloide asiático y distingue tres razas (o subrazas) entre los hombres que habitan AbiaYala desde hace milenios. Nuestra característica física más visible es, obviamente, nuestra superficie que, a diferencia de la de los negros, amarillos o blancos, es cobriza o bronceada.
Las tres razas en que HERAS divide el gran tronco racial indígena de AbiaYala  son la pánpida, que habita en el Chaco, la Panpa, la Patagonia y el Matto Grosso y que considera en vías de extinción; la de Lagoa Santa o lágidos y fueguinos ya casi extintos y la raza surpacífica o andina que habita desde el Canadá hasta el extremo sur de AbiaYala (12-3). Específicamente, ésta es nuestra raza  y estamos en proceso de expansión.
El racismo.- Lo negativo no es que haya razas o no, lo negativo es la discriminación racial basada en la creencia de que unas razas son superiores y otras inferiores. En promedio, los euros son los más racistas y xenófobos de todos los grupos humanos y, entre ellos, la palma se la llevan los ingleses (los isleños y los transplantados a otros de los stolen continents).
Y no solo es racista la lumpenesca mayoría de los euros, también es racista su intelectualidad; lo fue el creador del parádeigma de la biología y lo fueron los creadores del parádeigma de la anthropología. Expresiones como “low races”, “very low races”, “the lower races” o “strong and weak races” son empleadas abundosamente por Tylor (1964, 65, 157, 159 y 166, por ejemplo).
En otro lugar, Tylor escribió que “las razas que se han elevado en la escala de la civilización” (los euros y sobre todo los ingleses) poseen “una mayor potencia intelectual”; que las caras de australianos y africanos tienen “un aspecto simiano que las distingue de la cara... del europeo”; que la raza blanca está “dotada de las facultades de elevarse al conocimiento científico y gobernar, facultades que han colocado en sus manos el cetro del mundo” o que las lenguas europeas, especialmente la inglesa, son las más simples debido al “aumento de la inteligencia” de sus usuarios (1888, 72, 74, 126 y 168)
El mestizaje y su valoración.- Si las razas existen, también existe la mezcla de razas, el mestizaje. Debido a su estúpido racismo, los euros (“científicos” o no) creen que si el blanco mezcla sus genes con alguien de otra raza está degradando su raza y, lleno de misericordia christiana, está ayudando a que, vía el engendro mestizo resultante, la otra parte se supere biológicamente.
En este medio, para algunos autores, empezando por Garcilaso y sus admiradores el mestizaje es positivo; otros, desde WamanPuma, lo consideran negativo. En esa línea LEV, aunque  garsilacista (y mestizo) considera que el mestizaje es un “estigma” (2013, 37, 111) y el mestizo irradia esa negatividad que le es inherente:

Hórrida quietud la de los pueblos mestizos.
Gusanos perdidos en las galerías subcutáneas de este cuerpo en descomposición... los hombres asoman a ratos a su superficie; el sol los ahuyenta, tornan a sus madrigueras... Son los parásitos, el carcoma de este pudridero.
...
Todos los poblachos mestizos muestran el mismo paisaje: miseria, ruina... son el símbolo más fiel de de esta vida enferma, miserable, de las agrupaciones de híbrido mestizaje. (39 y 41)

En AbiaYala, el mestizaje (que es un hecho biológico, zoológico o genético) ya se produjo. Lo tramposo es que se le pretenda usar como camouflage para pasar de contrabando un supuesto mestizaje kultural que no existe. El supuesto mestizaje kultural postulado por ejemplo por ARGUEDAS (“El arte popular religioso y la cultura mestiza”, 5, 27-82) es el camouflage más efectivo de la A-kulturización.
Una de las características de la A-kulturización es el apátridismo que suelen llamar “cosmopolitanismo”; uno de esos apátridas que logró escalar hasta los niveles más altos de la pirámide peruana escribió: “Sin mestizaje no concebimos el cosmopolitanismo y éste es una antesala forzosa del progreso” (LEV, 182). Cierto, el a-patridismo es uno de los productos del mestizaje; pero el único “progreso” que trae eso es el incremento de la fortuna de los a-pátridas, sobre todo la de ésos que llegan a ocupar esos lugares donde “la plata llega sola”.
Cuando no es de mala fe, sostener que hay un mestizaje kultural se debe a que no se ha distinguido entre el homo sapiens como entidad biológica y el hombre como miembro y portador de una cultura. Esta confusión es muy clara en este pasaje:       
                                                                                                               
La raza permanece idéntica a sí misma, no son exteriores atavíos, epidérmicas reformas, capaces de cambiar su ser.                                             
El indio vestido a la europea, hablando inglés, pensando a la occidental, no pierde su espíritu.
No mueren las razas. Podrán morir las culturas, su exteriorización dentro del tiempo y del espacio. La raza keswa fue cultura titikaka y después ciclo inka. (LEV 2013, 21)

Las líneas precedentes son muy ingenuas. Las razas sí pueden desaparecer o ser asesinadas y no es un axioma que permanezcan idénticas a si mismas, pueden degenerar o ser mestizadas. Y, lo más importante, un “indio pensando a lo occidental” ya es un “indio” A-kulturado; es tonto hablar de un cuerpo “indio” que, conservando su “espíritu indio”, también aloja un “intelecto occidental”.
Y tampoco hay razas (keswa, maya, waraní, azteka o iroquesa) en toda AbiaYala hay solo una sola raza y, por comodidad, podemos aceptar la etiqueta que nos colocó Linnaeus, ‘homo sapiens americanus’; al menos, mientras no creemos nuestra propia terminología.  Lo que diferencia a un mapuche de un apache no es la raza, es la kultura, porque hay diferencias kulturales entre los varios pueblos del continente; pero lo más importante es que todos com-partimos algunos elementos básicos producto de una milenaria co-traditio kultural.
                                                                  












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