domingo, 14 de octubre de 2012


perpetrando   II


el último libro de u-mala es una rikísima mina de enseñanzas.  El artículo anterior, ke es un análisis muy inkompleto,  fue publicado a pedido de algunos de los ermanos ke frekuentaron nuestras reuniones en las escuelas nacionalistas de lima (2002-4) y de una veintena de llajtakuna (2003-4) y, para terminar, en los patios de algunas de las mazmorras kriollas (2005-9).  Así pé, keda mucho, muchísimo pan por rebanar
empezamos esta 2ª pte con unas pequeñas correcciones al novel historiador; el concilio de  gangre  o  gangra, no se realizó en el 324 (p.  58) sino después del  340.  Y las cruzadas NO ocurren entre los ss. xii y xv (p. 119)  sino entre los ss. xi y xiv
y, sobre historia perwana, hace un buen medio siglo que se estableció que el tercer socio mayor para la invasión del Tawantinsuyu NO fue el que señala u-mala (pp. 261, 293) sino un tal espinoza que, por marrano, no podía figurar   
tampoco es cierto que un tal Jamurapi sea el autor de un inexistente “código del talión”:                       “el cristianismo supera en magnanimidad al anterior Código del Talión  (Hammurabi:  ojo por ojo, diente por diente),...”  (p.  109)
la legislación promulgada por  Jamurapi  en el s. xviii, no es el “código del talión”, sino el “código de hamurabi”, que es una serie de 282 “leyes” o disposiciones que cubren una serie de aspectos legales entre las que hay una media docena que mencionan ojos o dientes
pero como el código fue conocido, reconocido, aceptado o aplicado en una zona muy amplia dentro de la que estaba el territorio ocupado por los judíos, no es extraño que éstos hubiesen copiado alguna de esas disposiciones en las que se exigía pagar  “ojo por ojo  o diente por diente”  (Ex 21, 12 o 23-5;  Le 24, 20-1;  Dt 19, 21) y que son conocidas como “ley  del  Talión”  (talio  deriva de  talis:  tal, igual, semejante)
y ya que nuestro auctor está pontificando sobre christianoserías, veamos un par más de errores:  “Jesús antes de repartir entre sus apóstoles el pan y el vino en el huerto de Getsemaní,...”   (p.  162).  Y, un poco más adelante:  “...  Barrabás –colega de Cristo en la crucifixión-...”   (p. 190)
aclaremos, si se rechaza el christianismo (y sobre todo si la repulsión que provoca es radical)  ni siquiera hay que mencionar sus textos; pero, si se citan, hay que respetar lo que dicen
y lo que dice ese relato es que hubo una cena en la que jesús reparte pan y vino entre sus discípulos y, DESPUËS de esa cena, donde se repartió  la jama, sale con ellos a ese huerto
en cuanto a Barrabás,  NO  es el colega del tal cristo en la crucifixión, él estaba detenido y es liberado a pedido del pueblo que, simultáneamente, pide la crucifixión de jesús

es notable la intención del auctor de impresionar incluso con su vocabulario:  ‘Epicentro’ es un concepto de la geología o sismología indesligable de ‘hypocentro’.  El núcleo del poder político-administrativo no está encima ni de un centro, ni de un hypocentro es, simplemente, un centro
puede ser un centro de poder autónomo como Josjo  o  Constaninopla (pp. 48, 275) o de poder y corrupción como el vaticano (pp.  57, 72)  o de resistencia y rebelión  (pp.  116, 176, 190). Pero son centros,  NO  son epicentros  
tampoco es necesario resucitar voces arcaicamente exóticas:  COLOMBROÑO (p.  270, aunque aquí es eco de ya sabemos quién)  o inventar neologismos innecesarios:  ‘huamanpomesco’, ‘nadadización’ o  ‘implicidad’  (pp. 81, 102, 125)
esta  “creatividad”  no se limita al castellano,  también el italiano (será italiano?) es agraciado con una nuova parola:  CASTRATIS  (p.  128)
y para que nadie dude del “etnonacionalismo” del autor  (etno  o  eno?)  también  el  RunapSimin  recibe  juk  musuj  simi:   PACHAPCHURIN’S    (p.  26). Innovatio muy importante porque en ella  u-mala se apodera de o expropia el apóstrofe con que se indica el genitivo en inglés
-La etimología es la “biología de la palabra”...  (p.  285) pontifica nuestro auctor,  aunque más exacto sería decir que la etimología es la biografía de la palabra. Sin embargo las biografías made in u-mala están falsificadas  o  gravemente distorsionadas
así,  ‘antropología’  NO  es el estudio de los “antropoides”   (p.  127)  sino el estudio del Runa, del hombre, del ser humano que, en griego, es  “ánthropos”   (ἄνϑρωπος).  ‘Antropoide’ también deriva  de   ἄνϑροπος
veamos otro ejemplo de agudísima indagación etimológica:                                                                                             “Pero así como de aquel choque de civilizaciones emanaron,  “entre armas y caballos”, manifestaciones de sincretismo no solo religioso, pues también las hubo de cretinismo; este último término, galicismo  (chrétin / cretino)  derivado de la misma raíz etimológica de “chrétien” (traducción al francés de la palabra latina  christianus), desprendiéndose que en cierto modo  cristianizar rasparía con estupidizar, o sea cretinizar;...”   (O.c.,  p.  94)
nuevamente,  como se pretendió con  ‘barbatus’  y  ´barbarus´, aquí  se establece una falsa relación.  De un lado, está la vox  ‘christus’  (χριστός)  de la que deriva ‘christianus’  (χριστιανός) palabra de la que, a su vez,  derivan  ‘cristiano’  (it. y cast.)  o  ‘chrétien’
de otro lado está la vox  ‘creta’:  creta o greda;  it. créta;  fr. craie.  La creta o greda es de un blanco amarillento, color que se consideraba característico de las personas que sufrían cierto tipo de retraso mental
sin que interese en qué lengua se hizo la derivación por primera vez,  ‘cretino’ (it. y cast.)  o  ‘crétin’  (NO 'chrétin';  qué aprendiste en el franko-perwano?)  derivan de ‘creta’,  ‘créta’  o ´craie’ que, a su vez, derivan del latín ‘creta’,  NO  de  ‘christus’
todos deberíamos tener conciencia de lo tremendamente negativo, perjudicial y hasta letal que ha resultado el cristianismo para la humanidad (estoy tocando este punto desde diversos ángulos desde 1988 cuando lo expuse en Puerto Rico)  pero no se puede mentir tan torpemente
y, nuevamente, a copiar otro exquisito párrafo de este texto tan rico en enseñanzas:                                “Las culturas europeas, en conjunto referidas con el sobrenombre de “occidente”, lo son en función del “oriente asiático”; pero desde la perspectiva americana (Abya Yala), estando europa al este (poniente) de nuestro continente,  ¡pues  son  orientales!”   (O.c.,  p.  60)
weno, un poco difícil entender que europa esté ubicada   “al  este  (poniente)  de  nuestro  continente”  o  que esas culturas europeas que están al poniente de  AbiaYala  sean “orientales”; pero eso no es lo principal
en el 2003 escribimos un art. (“¿Existe la cultura “occidental?” que fue publicado con los recortes y modificaciones que solía cometer el dueño del quincenario) donde se explicaba la estupidez o mañosería  de hablar de culturas en términos geográficos
como además con-versamos sobre el tema con esa persona, creímos  haberlo con-vencido, pero no fue así, aunque parece que algo recuerda; en todo caso, no mucho porque, a lo largo del libro, la palabreja (o sus derivados)  es repetida  ad nauseam
aquí hay  incoherencia:  “eso es oriental, pero yo lo llamo occidental”.  Pero no sólo hay incoherencia,  hay el servilismo:  “lo llamo occidental porque así lo llaman ellos”.  Como también es incoherente proclamarse antiimperialista y afirmar que el atentado contra las torres de newyork fue cometido por la “resistencia islámica”  (p. 298)
las sospechas de que fue un autoatentado surgieron muy pronto, dada la incoherencia entre la versión oficial y algunos hechos que no podían ser ocultados.  A más de una década después de ocurrido el hecho, afirmar que el atentado fue obra de musulmanes es ser un vocero más del establishment o parlotear como un lorito borracho (o drogado)
el servilismo mental (conciente o no) también aflora cuando se utilizan términos que tienen una carga indesligable con determinada ideología,  como la palabra ‘gentiles’ (p.  59)
o como cuando seguimos usando expresiones que significan exactamente lo contrario como ‘lavado cerebral’ que, en el contexto en que aparece en el texto (p.  107) es polución o enmerdado cerebral.  Sobre esto, allá por el 2003, también escribí algo que entregué en la dirección del quincenario...   pero no se publicó...  solía suceder
podría pensarse que ya es suficiente, pero no, faltan todavía los puntos más importantes que dejamos  para un próximo artículo




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