perpetrando III
y la sapientia que emana de
este maravilloso libro (de la guerra
etnosanta a la iglesia tawantinsuyana)
sigue deslumbrándonos
u-mala sostiene que nuestros
antepasados fueron antropófagos, y
“justifica” esa (supuesta) costumbre afirmando que en estas tierras,
había una gran “necesidad proteínica”: ”...-a diferencia del
favorecido hemisferio norte eurasiafricano-
la naturaleza apenas dotó al hemisferio sur,... de animales
domesticables proveedores de carne (llama y cuy), así como de un solo cereal
(maiz) y un providencial tubérculo (papa).” (o.c., p. 132)
no míster, en estas tierras
no hubo ni antropofagia ni déficit proteínico. Lo primero, no vale la pena rebatir, sólo recordar
que ni el más servil de los cronistas toledanos (que u-mala rechaza y con toda
razón) sostuvo que las culturas
confoederadas en el Tawantinsuyu fuesen antropófagas
sobre la dieta de esos
pueblos hay una abundante bibliografía que se puede encontrar en las redes;
sólo mencionamos a Santiago Antúnez de Mayolo, pionero en las investigaciones
que demuestran que la alimentación del nuestros antepasados era la mejor del
mundo
prosiguiendo con su tarea
docente, u-mala pontifica reiteradamente sobre “los tres amas” (pp. 23, 24,
105, 227, 246, 249, 286) punto del que nos hemos ocupamos extensamente,
tratando de mostrar que es una falsificación
no sólo hubo exposiciones y
debates (porque algunos hermanos y justamente, varios de de los que, además de
ser indígenas hablaban RunaSimi, que no quería desprenderse de lo que creían
que era un legado del Tawantinsuyu) sino
artículos aclaratorios que, de rutina, se enviaron al director del
quincenario o-llanta y que éste, también
de rutina, no leyó o, en todo caso, no entendió
nos limitamos a remitir al
lector de este artículo al c. VII del libro de Víctor Angles Vargas (Pacarectambo
y el origen
de los Incas) del que copiamos este
breve párrafo: “Aquella
frase de no seas ladrón, no seas mentiroso, no seas ocioso achacada a la
sociedad incaica, es lesiva, ominosa y ofensiva a nuestra raza, a nuestra
tradición, a nuestra patria y contraria a la historia; insinúa que nuestros
abuelos precolombinos fueron ladrones, ociosos y mentirosos, sugiere
proclividad a contrariar importantes valores morales. La frase, en algunos momentos de la etapa
colonial, fue impuesta por la autoridad a los quechuablantes, para ser repetida
varias veces al día, cotidianamente, como letanía salutatoria, tanto que se
creyó que tal modo de saludarse venía desde los Incas.” (O.c., pp.
177-8)
en otro punto, u-mala
explica, se explica o justifica las falsificaciones en que incurre garcilaso: “...
esos barbados seres... “tenían” que asemejarse a aquel Wiracocha –hábilmente acomodado por Garcilaso-...” (p.
96). Y, más adelante, agrega el “interés político” que tenía garcilaso de dar “un
enganche cristiano” a su relato para que fuese aceptado (p. 97)
pero lo mismo sucede con todos
los otros cronistas indígenas o mestizos.
Como observa Pierre Duviols a
propósito de joan de santa cruz pachacuti
yamqui salcamaygua: “Pachacuti
simboliza una continuidad secular. Descendiente “legítimo”... de un... personaje
que tributara eximios servicios a los Incas, a la corona de españa y a la
iglesia romana, ... benemérito servidor de dios, del papa y del rey con el
aporte personal de la Relación,
nuestro cronista se coloca en una situación conveniente para pretender, con
derecho, eventuales recompensas del poder colonial. En este asunto, su postura
es comparable a la de huamán poma de ayala y del inca garcilaso.” (Relación
de antigüedades deste reyno del pirú. Cusco, 1993, p.20)
bien, u-mala, basándose en este santa cruz, afirma
que hay “una religiosidad andina revelada por el Illa Tecse Wiracochanpachayachicachan.” Y
agrega que, para santa cruz, esa entidad es “la
superior deidad andina, que en realidad sería la denominación primigenia del
mismo Pachakámaq, Thunupa o Wiraqocha.” (O.c.,
p. 147)
aunque santa cruz escribe el
nombre de varios modos, en toda la Relación
no hay una sola vez que esté escrito el nombre de este “revelador” tal como,
supuestamente, lo copia u-mala; ‘ILLA’
no aparece en el texto
además, santa cruz escribe: “... se llamó este barón Tonapa Uiracochampa cachan, pues ¿no era este hombre el glorioso apóstol
Sancto Thomás...” (4r). Así pues,
¿en qué queda la questio,
“revelador” (apóstol) deidad superior o suprema, creador?
a primera vista esto también
sería incoherencia; pero más que nada (y
como fuente de esa incoherencia) lo que hay es incertidumbre, la IN-certidumbre
del “indiecito” obligado (no sólo para sobrevivir, sino para conservar ciertos
privilegios) a akulturarse
es decir, a convertirse en
un renegado, apóstata o tránsfuga de su PachaJaway (Weltanschauung) ancestral y
de sus LlajtaMasikuna, borrando de su memoria todo un pasado que no sólo era
milenario, sino que fue glorioso
y así vivieron, viven y sobreviven,
desarraigados de la PachaMama, descerebrados y serviles, llegando algunos a ascender a la categoría de
traidores, sobre todo los arribistas, emergentes o igualados más exitosos
y n o es casual que u-mala
haya escogido como maestros o guías de su thésis a garcilaso o a santa cruz
porqué, dejando la palabrería, qué trata
qué se propone y qué propone u-mala?
empleando categorías ajenas
a nuestra PachaJaway, quiere demostrar:
1º, que el monoteismo es superior
al politeismo (p. 29). Agregamos: a) es una opinión falsa de los
christianos, no hay ninguna prueba de que esto es, sea o pueda ser así; b) al
hablar de teísmo se está introduciendo una palabra (y un concepto ajenos a
nuestra PahcaJaway
2º, que en el Tawantinsuyu
hubo una etapa de politeismo que estaba siendo “superada” por una tendencia
monoteista (pp. 45-6, 49, 95). Afirmación falsa porque no
hubo “teísmos”
3º, como prueba de esto, ya
se habría producido, se estaba produciendo o se produciría pronto “una revolución religiosa tan profunda
como aquella efectuada por el faraón..., que impuso en el Egipto de hace tres
mil años el monoteismo del “Ra” a expensas de toda una predecesora fauna
divina.” (O.c., p. 50)
como sucede con mucho de lo
que “expresa” u-mala, no queda claro si esa “revolución” ya se había realizado, se estaba realizando o
se realizaría a la brevedad posible, pero ninguna fuente hace referencia a
hecho tan trascendental. Volvamos a
u-mala
4º, el “dios” de ese
monoteismo que ya había sido impuesto o estaba por imponerse en el Tawantinsuyu
era el mismísmo jeová, sólo que con otra etiqueta (pp. 93, 95, 99)
bien, en estos puntos lo que
hay es un DESconocimiento de la PachaJaway y el burdo intento de reemplazar sus
categorías y conceptos por la palabrería christiana; amén de la falsificación
histórica de afirmar que aquí hubo una “revolución amenjotepeyana”.
y, para terminar de aclarar
ese punto, es absolutamente falso que hace tres mil años se IMPUSO el
monoteismo en Egipto. Si se intentó tal
cosa, ese intento fracasó
la falta de comprensión de
que adolece nuestro auctor respecto a la PachaJaway se evidencia con más claridad cuando, al
hablar de la resistencia a la invasión entre fines del s. xvi y comienzos del
xvii (que incluye el movimiento del TakiOnjoy)
señala que lo que buscaban nuestros antepasados era el retorno de LA
divinidad andina (p. 86). Esa entidad sería, obviamente, jeová con otro letrero.
Pero NO EXISTE tal “divinidad
andina”, ni siquiera un Pantheon en el sentido romano
cada ayllu, cada llajta
tiene su propia WAKA, su
APU, su WAMANI, su
WANKA que están allí y que, en muchos lugares, siguen recibiendo la
atención o el cuidado que se merecen del
ayllu o llajta agradecidas. Y eso es lo
más aproximado a lo que en el lenguaje invasor podría llamarse ‘religiosidad’;
así pues, la pretendida iglesia “tawantinsuyana” nunca existió, es una
inviabilidad
por lo demás, qué significa o, mejor, a qué se llama
‘iglesia’? Si vamos al origen de la
palabra, ‘ecclesia’ (lo mismo que ἐκκλησία) significa “asamblea o reunión”,
aunque la vox griega también contiene una referencia al recinto donde se realiza
la reunión, el edificio, como se ve en la expresión ἐκκλ. ποιεἶν:
construir una casa
ora bien, cuando el
christianismo arrasó con la cultura clásica, se apropió de sus idiomas y
distorsionó o varió el sentido de las palabras y así, ‘ecclesia’ pasó a
significar no cualquier tipo de reunión sino, exclusivamente, la congregación,
reunión o asamblea de christianos (y
también a designar el edificio donde se realizaban esas reuniones)
los lugares de reunión de
los otros credos que conocían no fueron llamados iglesias, fueron llamados, por
ejemplo ‘sinagoga’ o ‘mezquita’. Así pues, en todo sentido, ‘iglesia’ es algo
ya propio del christianismo y, de cualquier modo, repetimos, una iglesia
“tawantinsuyana” es inviable
lo más parecido a eso sería
un movimiento como el de los israelitas perwanos que podrán ser laboriosos,
honestos y veraces, pero eso no basta. Si
eso le gusta a u-mala, pues que se aliste en las filas ataukusistas y que,
allí, les dispute el liderazgo
y, por supuesto que también
puede volver a su christianismo original; sea el de su bautismo cathólico, al
que recibió para ser el temible ‘corpus
christi’ o al de la teología de la “liberación” de ese gustavo gutiérrez al que tanto admira
(pp. 297-8)
pero los christianos siempre
fueron “creyentes” y, por propia
admisión, no aspiran a más (credo quia absurdum, decía uno de los
“grandes” padres del christianismo). Son
fieles (fidi) es decir tienen fe (fides)
y en qué tienen fe o en qué
creen estos creyentes? En su libro
“sagrado” y en su “credo” que es el resumen práctico de esas creencias (credo: creo)
u-mala llamó “vademecum” (vade: va,
viene, camina/ mecum:
conmi/go) a su primer libro y pretendió que fuese lectura obligatoria de
sus seguidores. Este nuevo mamotreto podría ser la culminación de sus esfuerzos
en el sentido de haber creado la base de su nueva iglesia, el libro sagrado
para los seguidores. Y si de fe se
trata, hasta podría tener éxito; el “libro del mormón” contiene muchas más mentiras y
absurdos
pero eso nada tiene que ver
con nuestra PachaJaway, por más
malabares linguales o digitales que se hagan y vamos a referirnos al último
embuste estrechamente ligado con este punto y que le sirve a u-mala para hacer
otra exhibición de su “don de lenguas” cuando, después de mencionar al “teón”,
aclara que es algo diferente:
... –tal teísmo judeogrecolatino- al concepto chino zon jao (doctrina celestial), al hindú dharma (ley moral), al árabe sharia (ley sagrada), al japonés shukyó (aprendizaje moral de lo esencial), y así sucesivamente hasta un kechua que lo registra como iñina (conjunto de creencias), el aymara yupaq chawin (ley fundamental) y el puquina -ancestro común kechuaymara- como piksi (ley del cosmos). (O.c., pp. 285-6)
... –tal teísmo judeogrecolatino- al concepto chino zon jao (doctrina celestial), al hindú dharma (ley moral), al árabe sharia (ley sagrada), al japonés shukyó (aprendizaje moral de lo esencial), y así sucesivamente hasta un kechua que lo registra como iñina (conjunto de creencias), el aymara yupaq chawin (ley fundamental) y el puquina -ancestro común kechuaymara- como piksi (ley del cosmos). (O.c., pp. 285-6)
sobre el pukina, el árabe,
el japonés, el chino o el indio (el de la India) no podemos pronunciarnos. Pero
sobre el Runa Simi o el JakiAru podemos indagar algo y, para empezar, ninguno
de nuestros wawjikuna o jilatanaka conocía esta palabra
y acudiendo al libro
encontramos que el diccionario de Felipe Huayhua Pari (Lima, 2009) no trae
ninguna de esas dos palabras, ni la expresión ‘yupaq chawin’; y en el de
Saturnino Callo Ticona (Tacna, 2007) lo más parecido que hay es “yupaychäwi:
lugar de veneración”
en cuanto al RunaSimi, en el
LEXICON de 1560 (domingo de santo
thomas) no hay ‘iñini’, ni ‘yñini’. En el
VOCABVLARIO de DGH está
‘yñini’ y una quincena de sus derivados pero ninguno de ellos se vierte
al cast. como ‘credo’ (o conj. de creencias)
en el Rimaycuna (ILV. Lima,
1998) tampoco aparece ‘iñini’. De la media docena de diccionarios publicados
por el IEP, en cuatro de ellos no
aparece ‘iñini’ (ni nada parecido). Se
registra la palabra en el de AnjashWaylas, pero con otro significado (iñiy:
encariñarse, mover...) y sólo en el de la variante AyakuchuWanka está “iñiy:
creer”
por fin en el dic. de la
academia “mayor” del cusco encontramos
dos voces plenamente christianizadas: “iñina: digno de fe”
y también “iñini: el Credo o
símbolo de la fe cristiana”
ora bien, el credo (“yo
creo”) es la base no sólo de la ideología christiana, sino de cualquier
doctrina que no haya llegado a más pero aquí, en el Tawantinsuyu, nuestros antepasados
no se manejaban por creencias, sino por el conocimiento
de allí el poco o nulo
interés que les otorgaban a las creencias o “credos”, no eran parte fundamental
ni cotidiana de sus vidas. Por ello, la media docena de wawjikuna consultados
me dijeron no haber escuchado nunca esa palabra; y lo mismo sucedió con mis
jilatanaka
que en el Tawantinsuyu el
conocimiento hubiese alcanzado niveles de perfección inimaginables o increíbles
es algo que se está negando desde hace cinco siglos
y este libro que postula una
iglesia “tawantinsuyana” con su “credo”
embrutecedor para aprender y recitar mecánicamente es una reiteración de esa
pretensión
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