domingo, 14 de octubre de 2012


perpetrando   III


y la sapientia que emana de este maravilloso libro (de la guerra etnosanta a la iglesia tawantinsuyana) sigue deslumbrándonos
u-mala sostiene que nuestros antepasados fueron antropófagos, y  “justifica” esa (supuesta) costumbre afirmando que en estas tierras, había una gran “necesidad proteínica”:                        ”...-a diferencia del favorecido hemisferio norte eurasiafricano-  la naturaleza apenas dotó al hemisferio sur,... de animales domesticables proveedores de carne (llama y cuy), así como de un solo cereal (maiz) y un providencial tubérculo (papa).”   (o.c., p. 132)
no míster, en estas tierras no hubo ni antropofagia ni déficit proteínico.  Lo primero, no vale la pena rebatir, sólo recordar que ni el más servil de los cronistas toledanos (que u-mala rechaza y con toda razón)  sostuvo que las culturas confoederadas en el Tawantinsuyu fuesen antropófagas
sobre la dieta de esos pueblos hay una abundante bibliografía que se puede encontrar en las redes; sólo mencionamos a Santiago Antúnez de Mayolo, pionero en las investigaciones que demuestran que la alimentación del nuestros antepasados era la mejor del mundo
prosiguiendo con su tarea docente, u-mala pontifica reiteradamente sobre “los tres amas” (pp. 23, 24, 105, 227, 246, 249, 286) punto del que nos hemos ocupamos extensamente, tratando de mostrar que es una falsificación
no sólo hubo exposiciones y debates (porque algunos hermanos y justamente, varios de de los que, además de ser indígenas hablaban RunaSimi, que no quería desprenderse de lo que creían que era un legado del Tawantinsuyu)  sino artículos aclaratorios que, de rutina, se enviaron al director del quincenario  o-llanta y que éste, también de rutina, no leyó o, en todo caso, no entendió
nos limitamos a remitir al lector de este artículo al c. VII del libro de Víctor Angles Vargas  (Pacarectambo  y  el origen de los Incas)  del que copiamos este breve  párrafo:                                                                “Aquella frase de  no seas ladrón, no seas mentiroso, no seas ocioso achacada a la sociedad incaica, es lesiva, ominosa y ofensiva a nuestra raza, a nuestra tradición, a nuestra patria y contraria a la historia; insinúa que nuestros abuelos precolombinos fueron ladrones, ociosos y mentirosos, sugiere proclividad a contrariar importantes valores morales.  La frase, en algunos momentos de la etapa colonial, fue impuesta por la autoridad a los quechuablantes, para ser repetida varias veces al día, cotidianamente, como letanía salutatoria, tanto que se creyó que tal modo de saludarse venía desde los Incas.”   (O.c., pp.  177-8)
en otro punto, u-mala explica, se explica o justifica las falsificaciones en que incurre garcilaso:     “... esos barbados seres... “tenían” que asemejarse a aquel Wiracocha  –hábilmente acomodado por Garcilaso-...” (p. 96). Y, más adelante, agrega el “interés político” que tenía garcilaso de dar “un enganche cristiano” a su relato para que fuese aceptado (p. 97)
pero lo mismo sucede con todos los otros cronistas indígenas o mestizos.  Como observa  Pierre Duviols a propósito de  joan de santa cruz pachacuti yamqui salcamaygua:                                “Pachacuti simboliza una continuidad secular. Descendiente “legítimo”... de un... personaje que tributara eximios servicios a los Incas, a la corona de españa y a la iglesia romana, ... benemérito servidor de dios, del papa y del rey con el aporte personal de la Relación, nuestro cronista se coloca en una situación conveniente para pretender, con derecho, eventuales recompensas del poder colonial. En este asunto, su postura es comparable a la de huamán poma de ayala y del inca garcilaso.”  (Relación de antigüedades deste reyno del pirú. Cusco, 1993, p.20)   
bien,  u-mala, basándose en este santa cruz, afirma que hay    “una religiosidad andina revelada  por el  Illa Tecse  Wiracochanpachayachicachan.”   Y agrega que, para santa cruz, esa entidad es             “la superior deidad andina, que en realidad sería la denominación primigenia del mismo Pachakámaq, Thunupa o Wiraqocha.”  (O.c., p.  147) 
aunque santa cruz escribe el nombre de varios modos, en toda la Relación no hay una sola vez que esté escrito el nombre de este “revelador” tal como, supuestamente, lo copia u-mala;  ‘ILLA’ no aparece en el texto
además,  santa cruz escribe:   “... se llamó este barón Tonapa Uiracochampa cachan, pues  ¿no era este hombre el glorioso apóstol Sancto Thomás...”   (4r).  Así pues,   ¿en qué queda la questio,  “revelador” (apóstol) deidad superior o suprema, creador?   
a primera vista esto también sería incoherencia;  pero más que nada (y como fuente de esa incoherencia) lo que hay es incertidumbre, la IN-certidumbre del “indiecito” obligado (no sólo para sobrevivir, sino para conservar ciertos privilegios) a akulturarse
es decir, a convertirse en un renegado, apóstata o tránsfuga de su PachaJaway (Weltanschauung) ancestral y de sus LlajtaMasikuna, borrando de su memoria todo un pasado que no sólo era milenario, sino que fue glorioso
y así vivieron, viven y sobreviven, desarraigados de la PachaMama, descerebrados y serviles,  llegando algunos a ascender a la categoría de traidores, sobre todo los arribistas, emergentes  o igualados más exitosos
y n o es casual que u-mala haya escogido como maestros o guías de su thésis a garcilaso o a santa cruz porqué, dejando la palabrería,  qué trata qué se propone y qué propone  u-mala?
empleando categorías ajenas a nuestra PachaJaway, quiere demostrar:  1º,  que el monoteismo es superior al politeismo (p.  29).  Agregamos: a) es una opinión falsa de los christianos, no hay ninguna prueba de que esto es, sea o pueda ser así; b) al hablar de teísmo se está introduciendo una palabra (y un concepto ajenos a nuestra  PahcaJaway 
2º, que en el Tawantinsuyu hubo una etapa de politeismo que estaba siendo “superada” por una tendencia monoteista  (pp.  45-6, 49, 95). Afirmación falsa porque no hubo “teísmos”
3º, como prueba de esto, ya se habría producido, se estaba produciendo o se produciría  pronto “una revolución religiosa tan profunda como aquella efectuada por el faraón..., que impuso en el Egipto de hace tres mil años el monoteismo del “Ra” a expensas de toda una predecesora fauna divina.”  (O.c., p. 50)   
como sucede con mucho de lo que “expresa” u-mala, no queda claro si esa “revolución”  ya se había realizado, se estaba realizando o se realizaría a la brevedad posible, pero ninguna fuente hace referencia a hecho tan trascendental.  Volvamos a u-mala
4º, el “dios” de ese monoteismo que ya había sido impuesto o estaba por imponerse en el Tawantinsuyu  era el mismísmo  jeová, sólo que  con otra etiqueta  (pp. 93, 95, 99)
bien, en estos puntos lo que hay es un DESconocimiento de la PachaJaway y el burdo intento de reemplazar sus categorías y conceptos por la palabrería christiana; amén de la falsificación histórica de afirmar que aquí hubo una “revolución  amenjotepeyana”.  
y, para terminar de aclarar ese punto, es absolutamente falso que hace tres mil años se IMPUSO el monoteismo en Egipto.  Si se intentó tal cosa, ese intento fracasó
la falta de comprensión de que adolece nuestro auctor respecto a la PachaJaway  se evidencia con más claridad cuando, al hablar de la resistencia a la invasión entre fines del s. xvi y comienzos del xvii  (que incluye el movimiento del  TakiOnjoy)  señala que lo que buscaban nuestros antepasados era el retorno de LA divinidad andina (p. 86). Esa entidad sería, obviamente, jeová con otro letrero. Pero NO  EXISTE  tal  “divinidad andina”, ni siquiera un Pantheon en el sentido romano
cada ayllu, cada llajta tiene su propia  WAKA,  su  APU,  su  WAMANI, su  WANKA que están allí y que, en muchos lugares, siguen recibiendo la atención o  el cuidado que se merecen del ayllu o llajta agradecidas.  Y eso es lo más aproximado a lo que en el lenguaje invasor podría llamarse ‘religiosidad’; así pues, la pretendida iglesia “tawantinsuyana” nunca existió, es una inviabilidad
por lo demás,  qué significa o, mejor, a qué se llama ‘iglesia’?  Si vamos al origen de la palabra,  ‘ecclesia’  (lo mismo que  ἐκκλησία) significa “asamblea o reunión”, aunque la vox griega también contiene una referencia al recinto donde se realiza la reunión, el edificio, como se ve en la expresión   ἐκκλ.  ποιεἶν:   construir una casa
ora bien, cuando el christianismo arrasó con la cultura clásica, se apropió de sus idiomas y distorsionó o varió el sentido de las palabras y así, ‘ecclesia’ pasó a significar no cualquier tipo de reunión sino, exclusivamente, la congregación, reunión o asamblea de christianos  (y también a designar el edificio donde se realizaban esas reuniones)
los lugares de reunión de los otros credos que conocían no fueron llamados iglesias, fueron llamados, por ejemplo ‘sinagoga’ o ‘mezquita’. Así pues, en todo sentido, ‘iglesia’ es algo ya propio del christianismo y, de cualquier modo, repetimos, una iglesia “tawantinsuyana”  es inviable
lo más parecido a eso sería un movimiento como el de los israelitas perwanos que podrán ser laboriosos, honestos y veraces, pero eso no basta.  Si eso le gusta a u-mala, pues que se aliste en las filas ataukusistas y que, allí, les dispute el liderazgo
y, por supuesto que también puede volver a su christianismo original; sea el de su bautismo cathólico, al que recibió para ser el temible  ‘corpus christi’ o al de la teología de la “liberación”   de ese gustavo gutiérrez al que tanto admira (pp.  297-8)
pero los christianos siempre fueron  “creyentes” y, por propia admisión, no aspiran a más (credo quia absurdum, decía uno de los “grandes” padres del christianismo).  Son fieles  (fidi)  es decir tienen  fe (fides)  
y en qué tienen fe o en qué creen estos creyentes?  En su libro “sagrado” y en su “credo” que es el resumen práctico de esas creencias  (credo:  creo)
u-mala llamó “vademecum”  (vade:  va,  viene,  camina/ mecum:  conmi/go) a su primer libro y pretendió que fuese lectura obligatoria de sus seguidores. Este nuevo mamotreto podría ser la culminación de sus esfuerzos en el sentido de haber creado la base de su nueva iglesia, el libro sagrado para los seguidores.  Y si de fe se trata, hasta podría tener éxito; el “libro del mormón” contiene muchas más mentiras  y  absurdos
pero eso nada tiene que ver con nuestra  PachaJaway, por más malabares linguales o digitales que se hagan y vamos a referirnos al último embuste estrechamente ligado con este punto y que le sirve a u-mala para hacer otra exhibición de su “don de lenguas” cuando, después de mencionar al “teón”, aclara que es algo diferente:
...  –tal teísmo judeogrecolatino-  al concepto chino  zon  jao  (doctrina celestial), al hindú  dharma (ley moral), al árabe  sharia (ley sagrada), al japonés shukyó (aprendizaje moral de lo esencial), y así sucesivamente hasta un kechua que lo registra como iñina (conjunto de creencias), el aymara yupaq chawin (ley fundamental) y el puquina  -ancestro común kechuaymara-  como piksi (ley del cosmos).  (O.c., pp. 285-6)
sobre el pukina, el árabe, el japonés, el chino o el indio (el de la India) no podemos pronunciarnos. Pero sobre el Runa Simi o el JakiAru podemos indagar algo y, para empezar, ninguno de nuestros wawjikuna o jilatanaka conocía esta palabra
y acudiendo al libro encontramos que el diccionario de Felipe Huayhua Pari (Lima, 2009) no trae ninguna de esas dos palabras, ni la expresión ‘yupaq chawin’; y en el de Saturnino Callo Ticona (Tacna, 2007) lo más parecido que hay es  “yupaychäwi:  lugar de veneración”
en cuanto al RunaSimi, en el LEXICON  de 1560 (domingo de santo thomas) no hay ‘iñini’, ni ‘yñini’. En el  VOCABVLARIO  de  DGH está  ‘yñini’ y una quincena de sus derivados pero ninguno de ellos se vierte al cast. como ‘credo’ (o conj. de creencias)
en el Rimaycuna (ILV. Lima, 1998) tampoco aparece ‘iñini’. De la media docena de diccionarios publicados por el  IEP, en cuatro de ellos no aparece ‘iñini’ (ni nada parecido).  Se registra la palabra en el de AnjashWaylas, pero con otro significado (iñiy: encariñarse, mover...) y sólo en el de la variante AyakuchuWanka está   “iñiy:  creer”
por fin en el dic. de la academia  “mayor” del cusco encontramos dos voces plenamente christianizadas:  “iñina:  digno de fe”  y también  “iñini: el Credo o símbolo de la fe cristiana”
ora bien, el credo (“yo creo”) es la base no sólo de la ideología christiana, sino de cualquier doctrina que no haya llegado a más pero aquí, en el Tawantinsuyu, nuestros antepasados no se manejaban por creencias, sino por el conocimiento
de allí el poco o nulo interés que les otorgaban a las creencias o “credos”, no eran parte fundamental ni cotidiana de sus vidas. Por ello, la media docena de wawjikuna consultados me dijeron no haber escuchado nunca esa palabra; y lo mismo sucedió con mis jilatanaka
que en el Tawantinsuyu el conocimiento hubiese alcanzado niveles de perfección inimaginables o increíbles es algo que se está negando desde hace cinco siglos
y este libro que postula una iglesia “tawantinsuyana”  con su “credo” embrutecedor para aprender y recitar mecánicamente es una reiteración de esa pretensión  

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