miércoles, 22 de enero de 2014



CAPITULO XVI

LA LEYENDA BLANCA DEL RENEGRIDO FELIPE ESCRITA POR LA MANO OSCURA DEL MESTICILLO RENEGADO QUE QUIERE JUSTIFICAR A SU REY

Pero, además del genocidio del kulturicidio y de organizar del mejor modo posible el saqueo de nuestras riquezas para el poder español, Toledo no resistió a la tentación de embolsicarse más de lo que su amo le había autorizado (es la tradición nacional mas respetada, la inaguro el fundador del Peru y llega a la actual descendiente del virrey).

En 1581 el toledo esta de regreso en españa y espera las mercedes reales (como antes las había esperado garcilaso) la recompensa por los servicios prestados. Pero el rey conocía a su gente y estaba excelentemente informado, por eso le confisca no solo todo lo robado sino todo lo que llevaba y le ordena confinarse a sus tierras donde muere a fines de 1584.

Por supuesto que la crueldad y la rapacidad de toledo, los asesinatos que ordenó y la implantación del más eficiente systema genocida imaginable era innegables y habían sido repetidamente denunciados, pero no por garcilaso; en ninguna parte de su obra se encuentra esa fortísima “carga de  odio… contra la política racista y genocida de Toledo y su banda” que Emilio CHOY imagina (1985, 103).

Por el contrario, las victimas de la animosidad del Inca eran quienes denunciaban o condenaban los crímenes españoles, como Bartolome delas Casas quien, medio siglo después de muerto aún asusta al systema y por lo mismo es acusado de subersivo por garcilaso (HGP, xix – xx). Esta condena de garcilaso, actuando como una de las cajas de resonancia del systema, es festejada por CHOY (1985, 54).

De algún modo Bartolome delas Casas había influido en carlos V para limitar, siquiera en grado minimo algunos de los monstruosos crímenes de que estaban siendo victimas los indígenas de Abya yala. Y aunque felipe, que sucede a su padre en 1556, estaba plenamente de acuerdo con una política abiertamente genocida, se siente cohibido por la presencia de carlos y Bartolomé.

Carlos muere en 1558, pero el cauto felipe espera la muerte de delas Casas en 1566, antes de ordenar la implementación del schema genokulturizida de explotación a implantarse en Abia Yala desde 1568 eligiendo cuidadosamente a toledo para que ponga en práctica el plan.

Los ajustes básicos del proyecto demoran algo mas de un lustro, aproximadamente hasta 1575 y su ejecuccion, imprescidible para mantener el systema colonial continuo “incluso hasta el momento de la indepedencia” (Perez, 134-138). Y se prolongan hasta hoy, podríamos agregar.

Parte muy importante para el éxito del plan era ahogar las voces de los disidentes, por ello en 1571, toledo ordenó recoger todo los escritos de Bartolome delas Casas. El mismo año y por curiosa “coincidencia”, felipe ordenaba lo mismo en españa y el consejo de Indias agregaba estos títulos al Index. Perez Fernandez califica esta censura de “lamentable y extremadamente repugnante” (142).

Lo lamentable, repugnante y monstruoso no son las medidad que apuntalan el systema sino el systema mismo que fue el colmo de la aberración y para cuyo funcionamiento fueron indispensables esas medidas.

Ora bien, vista la imposibilidad de justificar a toledo, el genio garcilasista (el suyo o el de sus titiriteros) distorsiona y falsifica los hechos; el motivo por el cual el rey “castiga” a su eficiente virrey en 1581 ya no es el robo, sino el asesinato del Inca Tupac Amaru que fuera perpetrado en 1572.

En frase ya clásica que se repite desde hace siglos y que consignan todos los textos escolares, cuando toledo llega madrid el rey “le dijo que se fuese a su casa, que su Majestad no lo había enviado al Peru para que matase reyes, sino para que sirviese a reyes”. La reprimenda y el destierro (terribilísimos castigos) sumieron a toledo en tanta tristeza y melancolía que murió en pocos días (HGP, VIII-XX).

Evaluemos las descripciones de los hechos; el crimen asesinato ordenado por toledo fue cometido en 1572, el “castigo” se da en 1581 y toledo muere a fines de 1584, no a los pocos días sino más de 3 años después de ese episodio que alguien inventa pasados 30 años de los sucesos, HGP no fue terminada antes de 1614 y se publicó en 1617.

Antes de la publicación de esa historieta nadie menciona el cuentecillo cuya intención es evidente; ya que no se podía “limpiar” a toledo, había que justifivar al rey, el máximo representante del poder. La moraleja es que cualquier injusticia que se cometa aquí, en la colonia, será “prontamente” reparada en la metrópolis donde gobierna un rey bueno e impera la justicia.

Esta burda mentira, corona la obra del Inca; sigue el capitulillo de despedida donde Garcilaso se encomienda docenas de veces a su dios, lugar cuyo impacto conoce el autor y ya lo ha utilizado en la Florida que concluye con el homenaje a “los capitanes y soldados como los sacerdotes y religiosos que murieron en servicio de Cristo nuestro señor”.

Empero, la farsa del rey benévolo y justiciero fue tramada a nivel imperial; muy poco antes de la publicación de la HGP, en 1615, habia aparecido Monarquia Indiana de Torquemada, un franciscano residente en la capital de Nueva España; en el relato de torquemada, un tal muñoz, juega el papel de toledo.

En 1567 felipe había nombrado como visitador a ese muñoz para investigar e informar sobre una supuesta rebelión atribuída a martín cortez; muñoz fue muy cruel, començό a aplicar castigos “muy fuertes e inhumanos” (V, xx, 636ª). Las quejas llegaron a madrid y en 1568 se le ordena regresar de inmediato. Al llegar, muñoz

entró a ver al rei, pensando que sacaría muchas gracias por lo hecho; y en lugar de los favores que aguardava, oió una voz real que le dixo: No os envié a Indias a destruir el reino. Quísose escusar, y no se le admitió escusa. Salióse de Palacio con este desconsuelo, y fuese a su Casa, y aquella Noche murió, sentado en una silla, puesta la mano en la mexilla. (V, xx, 638ª).

 En ambos escritos referentes a las dos partes principales del imperio, se pretende “humanizar” el poder central. Pero en ambos casos se pasa por alto que toledo, muñoz o quien fuese, simplemente ejecutan ordenes muy detalladas y no solo del puntilloso, meticuloso y maniático felipe, como admite CHOY (1985, 80) sino del consejo de Indias, el trust de cerebros mas astutos de las historia dedicado exclusivamente a planificar con el mayor cuidado el saqueo del continente mas rico del planeta.

Para esta tarea que pasaba necesariamente por la elaboración de una política genocida de largo alcance; para ello el consejo contaba, además, con algunos otros organismos auxiliares de los que el principal fue la compañía de jesús, protectora y manipuladora de “inca” historiador.

Hace más de medio siglo el toledólatra mayor del reino (un tal levillier) después del más minucioso examen de las fuentes, encontró que la primera mención que existe sobre el supuesto cargo de magnicidio formulado por felipe contra toledo recién aparece en el relato de garcilaso (o en el de torquemada). Y hasta ahora, pese a las décadas trascurridas, no se ha encontrado ningún otro antecedente.

 La coincidencia del momento en que se hacen públicos los castigos impuestos por felipe a toledo y a muñoz, varias décadas después de los presuntos hechos revela un plan de falseamiento histórico tramado en esos año para afianzar el porder español descargando toda la culpabilidad en los agentes encargados de ejecutar el plan genocida que se elaboraba em madrid y que era fundamental para mantener el poder en las colonias.

Y si toledo tuvo dos coronistas y un dibujante que inmortalizó la escena de su congoja mortal por la regia reprimenda muñoz, muchos años después, contará con un poeta (un tal rodriguez) que compuso un drama titulado Muñoz, visitador de Mexico donde continúa el falseamiento de la historia maquillando u ocultando a los directos responsables del plan genocida del imperialismo español.

Se supone que la redactio de El primer Nueva Corónica y Buen Gobierno terminó hacia 1615 (WamanPuma, ix) aunque recién se conoció de su existencia en 1908. En ese libro se da una versión mejorada de la fabulilla garcilasista; toledo regresó a la corte y ante el rechazo del rey que no aceptó ni verlo,

se fue a su casa y no comió, y se asentó en una silla, asentado se murióy acabó su vida sintiéndose del dolor de no ver la cara de su rey y señor de los males que había hecho en este reino, así al Inga como a los principales indios y a los conquistadores de este reino. (461)

El dibujo de WP es la mas pathética representación de “fallecimiento por pesadumbre” que quepa imaginar; para disfrutar de este dibujo, dice Marco Martos, “solo es menester buena voluntad y amor a la belleza” (30).

De lo contrario concluiremos que Waman Puma quiere manifestar su disgusto y el de la comunidad indígena ante la ejecuccion de Tupac Amaru, pmotivo por el cual Toledo aparece en “actitud de derrota”, ante la negativa del rey de otorgarle audiencia, de lo que reconoce no existe evidencia histórica, la misma que seria una invención del cronista que pretende denunciar y perjudicar ante Felipe lo que considera una acción de mal gobierno de Toledo.
Pero aquí surge la gran interrogante, a diferencia de garcilaso, Waman Puma no es cosmopolita, nunca ha salido del país y carece de relaciones tan importantes como las que tenía garcilaso. Aparte del relato del Inca inédito en los momentos en que el WP ya terminó de escribir, no hay ninguna otra fuente en la que pudiese haber tomado ese relato. Más aún, WP repite el error del relato de  garcilaso sobre el momento de la muerte de Toledo agravándolo. Cómo lo supo?

La respuesta es simple, WP “se declara gran amigo de los jesuitas” (Porras, 1999, 58) que no solo fueron sus “protectores” sino sus pedicuristas (le limaban el pico y las garras) e incluso fueron los asesores culinarios que condimentaron su obra con ese putrefacto tufillo anti-lascaciano que también impregna, aunque con mayor intensidad, los escritos de Garcilaso. WP no solo se adhiere “a las propuestas oficiales anti-lascacianas” sino que escribe su crónica como un plumífero toledano.

El papel que jugó la compañía de jesús entre los siglos xvi-iii (hasta que el papa y el rey decidieron deshacerse de ellos) lo están cumpliendo diversas sectas protestantes y otras organizaciones similares; justamente en estos momentos que el país pasa a ser dirigido por gobernantes como Alejandro Toledo y otros del mismo perfil; personajes hechos a gusto y medida del dominante, para evitar asi la irrupcion de algún outsider proveniente de cuartel o cualquier cofradía de esas que pululan en medio del caos enajenante y cuidadosamente organizado, que no es otra cosa que la expresión de los primeros resultados o cosechas del “programa de padrinos”, parte de cuyas actividades en el Chimbote de los sesenta menciona el autor de Zorro de arriba y zorro de abajo. Plan que permite conseguir a los hijos de la puna instalados en inhóspitos arenales un lugar entre gringos de Norteamerica, privilegio que despierta mucha envidia contra los apadrinados que terminaran “sintiéndose” más próximos de los extranjeros que de sus propios hermanos éthnicos (Arguedas, 1983: 91, 167, 183, 185, 188).








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