CAPITULO
XVI
LA
LEYENDA BLANCA DEL RENEGRIDO FELIPE ESCRITA POR LA MANO OSCURA DEL MESTICILLO
RENEGADO QUE QUIERE JUSTIFICAR A SU REY
Pero, además del genocidio
del kulturicidio y de organizar del mejor modo posible el saqueo de nuestras
riquezas para el poder español, Toledo no resistió a la tentación de
embolsicarse más de lo que su amo le había autorizado (es la tradición nacional
mas respetada, la inaguro el fundador del Peru y llega a la actual descendiente
del virrey).
En 1581 el toledo esta de
regreso en españa y espera las mercedes reales (como antes las había esperado garcilaso)
la recompensa por los servicios prestados. Pero el rey conocía a su gente y
estaba excelentemente informado, por eso le confisca no solo todo lo robado
sino todo lo que llevaba y le ordena confinarse a sus tierras donde muere a
fines de 1584.
Por supuesto que la crueldad
y la rapacidad de toledo, los asesinatos que ordenó y la implantación del más
eficiente systema genocida imaginable era innegables y habían sido
repetidamente denunciados, pero no por garcilaso; en ninguna parte de su obra
se encuentra esa fortísima “carga
de odio… contra la política racista y genocida de Toledo y su banda” que
Emilio CHOY imagina (1985, 103).
Por el contrario, las
victimas de la animosidad del Inca eran quienes denunciaban o condenaban los
crímenes españoles, como Bartolome delas Casas quien, medio siglo después de
muerto aún asusta al systema y por lo mismo es acusado de subersivo por garcilaso
(HGP, xix – xx). Esta condena de garcilaso, actuando como una de las cajas de
resonancia del systema, es festejada por CHOY (1985, 54).
De algún modo Bartolome delas
Casas había influido en carlos V para limitar, siquiera en grado minimo algunos
de los monstruosos crímenes de que estaban siendo victimas los indígenas de
Abya yala. Y aunque felipe, que sucede a su padre en 1556, estaba plenamente de
acuerdo con una política abiertamente genocida, se siente cohibido por la
presencia de carlos y Bartolomé.
Carlos muere en 1558, pero
el cauto felipe espera la muerte de delas Casas en 1566, antes de ordenar la
implementación del schema genokulturizida de explotación a implantarse en Abia
Yala desde 1568 eligiendo cuidadosamente a toledo para que ponga en práctica el
plan.
Los ajustes básicos del
proyecto demoran algo mas de un lustro, aproximadamente hasta 1575 y su
ejecuccion, imprescidible para mantener el systema colonial continuo “incluso hasta el momento de la indepedencia”
(Perez, 134-138). Y se prolongan hasta hoy, podríamos agregar.
Parte muy importante para el
éxito del plan era ahogar las voces de los disidentes, por ello en 1571, toledo
ordenó recoger todo los escritos de Bartolome delas Casas. El mismo año y por
curiosa “coincidencia”, felipe ordenaba lo mismo en españa y el consejo de
Indias agregaba estos títulos al Index. Perez Fernandez califica esta censura
de “lamentable y extremadamente
repugnante” (142).
Lo lamentable, repugnante y
monstruoso no son las medidad que apuntalan el systema sino el systema mismo
que fue el colmo de la aberración y para cuyo funcionamiento fueron
indispensables esas medidas.
Ora bien, vista la
imposibilidad de justificar a toledo, el genio garcilasista (el suyo o el de
sus titiriteros) distorsiona y falsifica los hechos; el motivo por el cual el
rey “castiga” a su eficiente virrey en 1581 ya no es el robo, sino el asesinato
del Inca Tupac Amaru que fuera perpetrado en 1572.
En frase ya clásica que se
repite desde hace siglos y que consignan todos los textos escolares, cuando
toledo llega madrid el rey “le dijo que
se fuese a su casa, que su Majestad
no lo había enviado al Peru para que matase reyes, sino para que sirviese a
reyes”. La reprimenda y el destierro (terribilísimos castigos) sumieron a toledo
en tanta tristeza y melancolía que murió en pocos días (HGP, VIII-XX).
Evaluemos las descripciones
de los hechos; el crimen asesinato ordenado por toledo fue cometido en 1572, el
“castigo” se da en 1581 y toledo muere a fines de 1584, no a los pocos días
sino más de 3 años después de ese episodio que alguien inventa pasados 30 años
de los sucesos, HGP no fue terminada
antes de 1614 y se publicó en 1617.
Antes de la publicación de
esa historieta nadie menciona el cuentecillo cuya intención es evidente; ya que
no se podía “limpiar” a toledo, había que justifivar al rey, el máximo
representante del poder. La moraleja es que cualquier injusticia que se cometa
aquí, en la colonia, será “prontamente” reparada en la metrópolis donde
gobierna un rey bueno e impera la justicia.
Esta burda mentira, corona
la obra del Inca; sigue el capitulillo de despedida donde Garcilaso se encomienda
docenas de veces a su dios, lugar cuyo impacto conoce el autor y ya lo ha
utilizado en la Florida que concluye
con el homenaje a “los capitanes y
soldados como los sacerdotes y religiosos que murieron en servicio de Cristo
nuestro señor”.
Empero, la farsa del rey
benévolo y justiciero fue tramada a nivel imperial; muy poco antes de la
publicación de la HGP, en 1615, habia
aparecido Monarquia Indiana de Torquemada,
un franciscano residente en la capital de Nueva España; en el relato de
torquemada, un tal muñoz, juega el papel de toledo.
En 1567 felipe había
nombrado como visitador a ese muñoz para investigar e informar sobre una supuesta
rebelión atribuída a martín cortez; muñoz fue muy cruel, començό a aplicar
castigos “muy fuertes e inhumanos”
(V, xx, 636ª). Las quejas llegaron a madrid y en 1568 se le ordena regresar de
inmediato. Al llegar, muñoz
entró a ver al rei, pensando que sacaría
muchas gracias por lo hecho; y en lugar de los favores que aguardava, oió una
voz real que le dixo: No os envié a Indias a destruir el reino. Quísose
escusar, y no se le admitió escusa. Salióse de Palacio con este desconsuelo, y fuese
a su Casa, y aquella Noche murió, sentado en una silla, puesta la mano en la
mexilla. (V, xx, 638ª).
En ambos escritos referentes a las dos partes
principales del imperio, se pretende “humanizar” el poder central. Pero en ambos
casos se pasa por alto que toledo, muñoz o quien fuese, simplemente ejecutan
ordenes muy detalladas y no solo del puntilloso, meticuloso y maniático felipe,
como admite CHOY (1985, 80) sino del consejo de Indias, el trust de cerebros
mas astutos de las historia dedicado exclusivamente a planificar con el mayor
cuidado el saqueo del continente mas rico del planeta.
Para esta tarea que pasaba
necesariamente por la elaboración de una política genocida de largo alcance;
para ello el consejo contaba, además, con algunos otros organismos auxiliares de
los que el principal fue la compañía de jesús, protectora y manipuladora de “inca”
historiador.
Hace más de medio siglo el
toledólatra mayor del reino (un tal levillier) después del más minucioso examen
de las fuentes, encontró que la primera mención que existe sobre el supuesto
cargo de magnicidio formulado por felipe contra toledo recién aparece en el
relato de garcilaso (o en el de torquemada). Y hasta ahora, pese a las décadas
trascurridas, no se ha encontrado ningún otro antecedente.
La coincidencia del momento en que se hacen
públicos los castigos impuestos por felipe a toledo y a muñoz, varias décadas
después de los presuntos hechos revela un plan de falseamiento histórico
tramado en esos año para afianzar el porder español descargando toda la
culpabilidad en los agentes encargados de ejecutar el plan genocida que se
elaboraba em madrid y que era fundamental para mantener el poder en las
colonias.
Y si toledo tuvo dos coronistas
y un dibujante que inmortalizó la escena de su congoja mortal por la regia
reprimenda muñoz, muchos años después, contará con un poeta (un tal rodriguez)
que compuso un drama titulado Muñoz,
visitador de Mexico donde continúa el falseamiento de la historia
maquillando u ocultando a los directos responsables del plan genocida del
imperialismo español.
Se supone que la redactio de
El primer Nueva Corónica y Buen Gobierno
terminó hacia 1615 (WamanPuma, ix) aunque recién se conoció de su existencia en
1908. En ese libro se da una versión mejorada de la fabulilla garcilasista; toledo
regresó a la corte y ante el rechazo del rey que no aceptó ni verlo,
se fue a su casa y no comió, y se asentó en una
silla, asentado se murió… y acabó su
vida sintiéndose del dolor de no ver la
cara de su rey y señor de los males que había hecho en este reino, así al Inga
como a los principales indios y a los conquistadores de este reino. (461)
El dibujo de WP es la mas
pathética representación de “fallecimiento
por pesadumbre” que quepa imaginar; para disfrutar de este dibujo, dice
Marco Martos, “solo es menester buena voluntad y amor a la belleza” (30).
De lo contrario concluiremos
que Waman Puma quiere manifestar su disgusto y el de la comunidad indígena ante
la ejecuccion de Tupac Amaru, pmotivo por el cual Toledo aparece en “actitud de
derrota”, ante la negativa del rey de otorgarle audiencia, de lo que reconoce
no existe evidencia histórica, la misma que seria una invención del cronista
que pretende denunciar y perjudicar ante Felipe lo que considera una acción de
mal gobierno de Toledo.
Pero aquí surge la gran
interrogante, a diferencia de garcilaso, Waman Puma no es cosmopolita, nunca ha
salido del país y carece de relaciones tan importantes como las que tenía garcilaso.
Aparte del relato del Inca inédito en los momentos en que el WP ya terminó de
escribir, no hay ninguna otra fuente en la que pudiese haber tomado ese relato.
Más aún, WP repite el error del relato de
garcilaso sobre el momento de la muerte de Toledo agravándolo. Cómo lo
supo?
La respuesta es simple, WP “se declara gran amigo de los jesuitas”
(Porras, 1999, 58) que no solo fueron sus “protectores” sino sus pedicuristas
(le limaban el pico y las garras) e incluso fueron los asesores culinarios que
condimentaron su obra con ese putrefacto tufillo anti-lascaciano que también
impregna, aunque con mayor intensidad, los escritos de Garcilaso. WP no solo se
adhiere “a las propuestas oficiales anti-lascacianas” sino que escribe su
crónica como un plumífero toledano.
El papel que jugó la compañía de jesús entre los siglos
xvi-iii (hasta que el papa y el rey decidieron deshacerse de ellos) lo están
cumpliendo diversas sectas protestantes y otras organizaciones similares;
justamente en estos momentos que el país pasa a ser
dirigido por gobernantes como Alejandro Toledo y otros del mismo perfil;
personajes hechos a gusto y medida del dominante, para evitar asi la irrupcion
de algún outsider proveniente de
cuartel o cualquier cofradía de esas que pululan en medio del caos enajenante y
cuidadosamente organizado, que no es otra cosa que la expresión de los primeros
resultados o cosechas del “programa de padrinos”, parte de cuyas actividades en
el Chimbote de los sesenta menciona el autor de Zorro de arriba y zorro de
abajo. Plan que permite conseguir a los hijos de la puna instalados en
inhóspitos arenales un lugar entre gringos de Norteamerica, privilegio que
despierta mucha envidia contra los apadrinados que terminaran “sintiéndose” más
próximos de los extranjeros que de sus propios hermanos éthnicos (Arguedas,
1983: 91, 167, 183, 185, 188).
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