martes, 4 de marzo de 2014

TERRRORISMO  Y  TERRORISTAS

En el libro de Naomi KLEIN, se relata que en el sótano de un edificio comercial de los bueno sayre, se encontraron huellas del modo cómo, en la época de la dictadura de los militares, el estado argentino defendía la libertad, la democracia y la civilización “occidental y cristiana” en ese país y cómo los “gobernantes” trabajaban por el bienestar del pueblo. Son unas pocas líneas que nos impactaron profundamente y que todavía, adelgazados por el tempo, nos suscitan sentimientos de dolor, rabia e indignación:

En las paredes de las mazmorras todavía se podían ver las marcas desesperadas que habían hecho los prisioneros muertos hacía tiempo: nombres, fechas, súplicas de ayuda. (157)

Cuando en enero del 2005 el estado peruano, a través de sus agentes, esbirros o sikarios policiales y judiciales nos confirió el muy alto e inmerecidísimo honor de concedernos alojamiento en una de las residencias de reposo, recreo y esparcimiento (av. españa entre Chota y ugarte) que tiene reservadas para ciudadanos especialmente seleccionados, permanecimos más de una semana encerrados en un reducidísimo cubículo cuyas paredes, a simple vista, estaban cubiertas por una capa de un rosado desvaído y mugroso que, simplemente, hacía juego con el ambiente de ese local especialmente diseñado para facilitar las más profundas meditationes y lograr el más benéfico relax de sus felices ocupantes.

Pero nuestros compañeros, habían quedado impactados por lo que cualquier persona con vista normal podía distinguir y nos informaron que era un amontonamiento de docenas o cientos de inscripciones; forzando la vista al punto de provocarnos mareos y jaquecas, logramos descifrar algunas de ellas; eran, como dice Naomi KLEIN en ese pasaje que leeríamos unos años después: MARCAS DESESPERADAS. Y no estaban escritas solamente en castellano.

Los yanquis ponen en el poder a las mafias que oprimen y explotan a sus pueblos y también entrenan a los grupos encargados de apresar o secuestrar al que proteste para torturarlo y asesinarlo. La casa de estudios de mayor nivel académico para este tipo de preparación la llaman la escuela de las amérikas. El actual presidente de este país es graduado y post-graduado, maestrado y amaestrado, diplomado y doctorado en esa tan benemérita institución.
En cuanto a las víctimas, deberían agradecer que el estado, con infinita generosidad, les conceda el derecho de quejarse. Lo que Naomi KLEIN llama MARCAS DESESPERADAS lo prueban; pero a Naomi se le pasó un detallito, los graffiti habían sido hechos por los mártyres con su propia sangre.

Conocíamos que el estado peruano cometía estos crímenes de oídas o de leídas (Muerte en el pentagonito de RICARDO UCEDA, por ejemplo) pero es muy diferente tener testimonios de este tipo delante de tus ojos, rozando tus narices y llegando directamente a tu cerebro y a tu corazón.

Fue una experiencia indescriptible escuchar desde esas sucias paredes las voces mudas de quienes, regresando del interrogatorio habían clamado al sordo cielo y enviado un mensaje a un improbable lector futuro; el destino nos reservó ese papel y, cuando menos, lo comunicamos a quien lea estas líneas.

Pero no solo eran marcas desesperadas, además de algunas líneas de poemas conocidos como “Masa” o los dedicados a TupajAmaru por ROMUALDO y por SCORZA, había otras que eran creación de los anteriores huéspedes de la suite donde nos alojábamos y que dedicaban a la novia, a la esposa, a la madre o a los hijos que no volverían a ver.

Agreguemos que las téchnicas de interrogación empleadas por los empleados del imperialismo desde el español hasta el actual, son erencia de una de las más piadosas creaciones de la santísima inquisición:

Alfred W. McCoy… ha documentado la evolución de las técnicas de tortura desde la Inquisición hasta nuestros días en su libro A Question of Torture: CIA Interrogation from the Cold War to the War on Terror (69)

Por supuesto que las téchnicas de la vieja españa han sido superadas por sus aventajados discípulos; a mediados del siglo pasado se propusieron “numerosas técnicas de interrogación poco habituales” (58). Y en el centro del imperialismo se discutía muy pulchra y académicamente si eran téchnicas de tortura o, simplemente, “creatividad interrogadora” (75)
En cuanto a los interrogados cuyas voces nos conmovieron, lo más probable es que todos ellos sean parte de esos “desaparecidos” que, oficialmente, son QUINCE MIL (lo que significa que son muchos más). Guiados por un noble afán desinteresado y casi científico por descubrir la verdad, a los investigadores, interrogadores o inquisidores, generalmente se les pasaba la mano y el resultado era que la persona investigada dejaba de sufrir y pasaba a mejor vida. 

Por lo demás, esto también les ocurría a los agentes de la cía que empleaban sus instrumentos tan concienzudamente que los prisioneros morían “durante los interrogatorios” (70).

En el museo de la nación se exhibía una gran foto con algunos de los deudos de esas QUINCE MIL víctimas oficialmente reconocidas; como un gesto mínimo de solidaridad y sympátheia con esos deudos y, sobre todo, con la memoria de los ciudadanos a los que los agentes del estado habían hecho “DES-aparecer”, me permití hacerme fotografíar junto a esa foto.







Y ponemos esta otra que, escapando a los rigurosísimos controles del systema, logró salir y se difunde por Facebook; esto muestra que el eroico MANNING no es el único soldado con conciencia que arriesga su integridad física y mental, su libertad o su vida por dar a conocer algo de los espantosos crímenes cometidos por los que manejan el establishment por medio de sus sikarios.



La foto es de Wantánamo, el más conocido pero no el único centro de torturas de los yankis; hay otros más en esos países uropeos que desde 1945 en que uropa fue derrotada por los rusos y los angloyankis, son colonias con tropas y bases yankis.

Es muy probable que los “terroristas” apresados en este país en el último veintenio del siglo pasado gozaran de un trato similar o más exquisito aún; después de todo, lo que aquí se ejecutaba, era una repetición del programa impuesto por los yankis a través de sus centros de formación militar. Y tanto aquí como allá, muchos “terroristas” no lo eran en absoluto:

Según las cifras que maneja el Pentágono, el 86% de los prisioneros de Guantánamo fueron entregados por combatientes o agentes afganos y pakistaníes después de anunciar las gratificaciones. En diciembre del 2006, el pentágono había liberado a 360 prisioneros de Guantánamo. (408)

No solo han sido liberados sino que también han podido iniciar acciones judiciales contra el estado terrorista que los secuestró y torturó durante años: “Ex presos de Guantánamo exigen indemnizaciones”. Pero, como era de esperarse y tal como lo sostuvo el fiscal en ese país, “ni el derecho estadounidense ni el derecho internacional aplican en este caso.” (el comercio 22-2-14, A21)

En este país también se han aplicado esos métodos de delación y calumnia con resultados muy similares (la ley del arrepentimiento). Una prueba de que la condena por terrorismo aplicada a cientos dde “terroristas” no tenía ningún sustento está en que el propio fujimori creó una comisión de indultos presidida por Hubert LANSSIERS que, terminada su tarea, ordenó la libertad incondicional e inmediata de cerca de dos mil “terroristas”.

Pero si los estados crean y mantienen con todo esmero a los cuerpos de esbirros o sikarios, materiales o intelectuales que garantizan la subsistencia del statu quo, por reacción natural, frente a la injusticia, la opresión y la explotación, surgen o insurgen quienes creen que se debe luchar por la justicia, la libertad y la dignidad.


Y entre ellos, algunos toman las armas materiales, otros las intelectuales. Naomi KLEIN es una de esas guerrilleras o montoneras intelectuales que denuncian y condenan las atrocidades del systema y proponen alternativas.

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