TERRRORISMO Y
TERRORISTAS
En
el libro de Naomi KLEIN, se relata que en el sótano de un edificio comercial de
los bueno sayre, se encontraron huellas del modo cómo, en la época de la dictadura
de los militares, el estado argentino defendía la libertad, la democracia y la
civilización “occidental y cristiana” en ese país y cómo los “gobernantes”
trabajaban por el bienestar del pueblo. Son unas pocas líneas que nos
impactaron profundamente y que todavía, adelgazados por el tempo, nos suscitan
sentimientos de dolor, rabia e indignación:
En las paredes de las
mazmorras todavía se podían ver las marcas desesperadas que habían hecho los
prisioneros muertos hacía tiempo: nombres, fechas, súplicas de ayuda.
(157)
Cuando
en enero del 2005 el estado peruano, a través de sus agentes, esbirros o
sikarios policiales y judiciales nos confirió el muy alto e inmerecidísimo
honor de concedernos alojamiento en una de las residencias de reposo, recreo y
esparcimiento (av. españa entre Chota y ugarte) que tiene reservadas para
ciudadanos especialmente seleccionados, permanecimos más de una semana
encerrados en un reducidísimo cubículo cuyas paredes, a simple vista, estaban
cubiertas por una capa de un rosado desvaído y mugroso que, simplemente, hacía
juego con el ambiente de ese local especialmente diseñado para facilitar las
más profundas meditationes y lograr el más benéfico relax de sus felices
ocupantes.
Pero
nuestros compañeros, habían quedado impactados por lo que cualquier persona con
vista normal podía distinguir y nos informaron que era un amontonamiento de
docenas o cientos de inscripciones; forzando la vista al punto de provocarnos
mareos y jaquecas, logramos descifrar algunas de ellas; eran, como dice Naomi
KLEIN en ese pasaje que leeríamos unos años después: MARCAS DESESPERADAS. Y no estaban escritas solamente en castellano.
Los
yanquis ponen en el poder a las mafias que oprimen y explotan a sus pueblos y
también entrenan a los grupos encargados de apresar o secuestrar al que
proteste para torturarlo y asesinarlo. La casa de estudios de mayor nivel
académico para este tipo de preparación la llaman la escuela de las amérikas.
El actual presidente de este país es graduado y post-graduado, maestrado y
amaestrado, diplomado y doctorado en esa tan benemérita institución.
En
cuanto a las víctimas, deberían agradecer que el estado, con infinita
generosidad, les conceda el derecho de quejarse. Lo que Naomi KLEIN llama MARCAS DESESPERADAS lo prueban; pero a
Naomi se le pasó un detallito, los graffiti habían sido hechos por los mártyres
con su propia sangre.
Conocíamos
que el estado peruano cometía estos crímenes de oídas o de leídas (Muerte en el pentagonito de RICARDO UCEDA, por ejemplo) pero es muy diferente tener testimonios de este tipo delante
de tus ojos, rozando tus narices y llegando directamente a tu cerebro y a tu
corazón.
Fue
una experiencia indescriptible escuchar desde esas sucias paredes las voces
mudas de quienes, regresando del interrogatorio habían clamado al sordo cielo y
enviado un mensaje a un improbable lector futuro; el destino nos reservó ese
papel y, cuando menos, lo comunicamos a quien lea estas líneas.
Pero
no solo eran marcas desesperadas, además de algunas líneas de poemas conocidos
como “Masa” o los dedicados a TupajAmaru por ROMUALDO y por SCORZA, había otras
que eran creación de los anteriores huéspedes de la suite donde nos alojábamos
y que dedicaban a la novia, a la esposa, a la madre o a los hijos que no
volverían a ver.
Agreguemos
que las téchnicas de interrogación empleadas por los empleados del imperialismo
desde el español hasta el actual, son erencia de una de las más piadosas
creaciones de la santísima inquisición:
Alfred W. McCoy… ha
documentado la evolución de las técnicas de tortura desde la Inquisición hasta
nuestros días en su libro A Question of
Torture: CIA Interrogation from the Cold War to the War on Terror… (69)
Por
supuesto que las téchnicas de la vieja españa han sido superadas por sus
aventajados discípulos; a mediados del siglo pasado se propusieron “numerosas
técnicas de interrogación poco habituales” (58). Y en el centro del
imperialismo se discutía muy pulchra y académicamente si eran téchnicas de
tortura o, simplemente, “creatividad interrogadora” (75)
En
cuanto a los interrogados cuyas voces nos conmovieron, lo más probable es que
todos ellos sean parte de esos “desaparecidos” que, oficialmente, son QUINCE
MIL (lo que significa que son muchos más). Guiados por un noble afán
desinteresado y casi científico por descubrir la verdad, a los investigadores,
interrogadores o inquisidores, generalmente se les pasaba la mano y el
resultado era que la persona investigada dejaba de sufrir y pasaba a mejor
vida.
Por lo demás, esto también les ocurría a los agentes de la cía que
empleaban sus instrumentos tan concienzudamente que los prisioneros morían “durante los interrogatorios” (70).
En
el museo de la nación se exhibía una gran foto con algunos de los deudos de
esas QUINCE MIL víctimas oficialmente reconocidas; como un gesto mínimo de
solidaridad y sympátheia con esos deudos y, sobre todo, con la memoria de los
ciudadanos a los que los agentes del estado habían hecho “DES-aparecer”, me
permití hacerme fotografíar junto a esa foto.
Y
ponemos esta otra que, escapando a los rigurosísimos controles del systema,
logró salir y se difunde por Facebook; esto muestra que el eroico MANNING no es
el único soldado con conciencia que arriesga su integridad física y mental, su
libertad o su vida por dar a conocer algo de los espantosos crímenes cometidos
por los que manejan el establishment por medio de sus sikarios.
La foto es de Wantánamo, el más conocido pero no el único centro de torturas de los yankis; hay otros más en esos países uropeos que desde 1945 en que uropa fue derrotada por los rusos y los angloyankis, son colonias con tropas y bases yankis.
Es
muy probable que los “terroristas” apresados en este país en el último
veintenio del siglo pasado gozaran de un trato similar o más exquisito aún;
después de todo, lo que aquí se ejecutaba, era una repetición del programa
impuesto por los yankis a través de sus centros de formación militar. Y tanto
aquí como allá, muchos “terroristas” no lo eran en absoluto:
Según las cifras que maneja
el Pentágono, el 86% de los prisioneros de Guantánamo fueron entregados por
combatientes o agentes afganos y pakistaníes después de anunciar las
gratificaciones. En diciembre del 2006, el pentágono había liberado a 360
prisioneros de Guantánamo. (408)
No
solo han sido liberados sino que también han podido iniciar acciones judiciales
contra el estado terrorista que los secuestró y torturó durante años: “Ex presos de Guantánamo exigen
indemnizaciones”. Pero, como era de esperarse y tal como lo sostuvo el
fiscal en ese país, “ni el derecho
estadounidense ni el derecho internacional aplican en este caso.” (el
comercio 22-2-14, A21)
En
este país también se han aplicado esos métodos de delación y calumnia con
resultados muy similares (la ley del arrepentimiento). Una prueba de que la
condena por terrorismo aplicada a cientos dde “terroristas” no tenía ningún
sustento está en que el propio fujimori creó una comisión de indultos presidida
por Hubert LANSSIERS que, terminada su tarea, ordenó la libertad incondicional
e inmediata de cerca de dos mil “terroristas”.
Pero
si los estados crean y mantienen con todo esmero a los cuerpos de esbirros o
sikarios, materiales o intelectuales que garantizan la subsistencia del statu
quo, por reacción natural, frente a la injusticia, la opresión y la
explotación, surgen o insurgen quienes creen que se debe luchar por la
justicia, la libertad y la dignidad.
Y
entre ellos, algunos toman las armas materiales, otros las intelectuales. Naomi
KLEIN es una de esas guerrilleras o montoneras intelectuales que denuncian y
condenan las atrocidades del systema y proponen alternativas.
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